Límite
último
De donde quiera que hayas venido
entre las tierras extraterrestres,
y cualquiera lengua del exilio
que pronuncien tus labios corruptos,
no entreabras, extranjero eterno,
las páginas de tu destierro,
no traspongas el límite último
de nuestra sacrosanta línea,
no pises con tus pies desnudos
el umbral puro de nuestra casa.
Réprobo tu perfil extraño
de una extraterrestre comarca
en las márgenes del sol poniente,
réproba tu voz inusitada,
tu raza de diabólica índole,
tu actitud de animal perseguido.
Morirás aquí de nieve y cuchillos,
morirás de lenguas venenosas,
de formularios y agudos relojes.
Llévate contigo tus letras
de sangre impura desdibujada,
y no regreses desde ultratumba
a turbar el sueño de los nuestros.
Vísperas
Tal vez baje desde su morada,
y toque con sus dedos cálidos
mis mejillas, mi frente, mis labios,
mi corazón tan tembloroso
bajo el asedio de mordeduras,
de tanta ponzoña sedimentada.
Tal vez despierte ahora, tal vez
me escuche gemir en la noche,
y su voz misericordiosa
descienda hasta mi alcoba en brumas,
y endulce mi oído cantando
la misma, la misma melodía
que en mi infancia, lejos en el tiempo.
Tal vez me escuche, tal vez sienta
mis pisadas rondar en torno
de las horas, de las campanas,
de mí mismo sin encontrarme.
Y si ahora gritara, y si ahora
elevara mi voz a los cielos,
y si ahora mi dolor humano
rugiera como una fiera herida,
¿me escucharía desde su morada,
despertaría de sus ensueños,
descendería a aplacar mi zozobra ?
Sí, tal vez descenderíamos,
tal vez te escucharíamos gemir,
tal vez nos apiadaríamos
de tu dolor humano, hermano.
De donde quiera que hayas venido
entre las tierras extraterrestres,
y cualquiera lengua del exilio
que pronuncien tus labios corruptos,
no entreabras, extranjero eterno,
las páginas de tu destierro,
no traspongas el límite último
de nuestra sacrosanta línea,
no pises con tus pies desnudos
el umbral puro de nuestra casa.
Réprobo tu perfil extraño
de una extraterrestre comarca
en las márgenes del sol poniente,
réproba tu voz inusitada,
tu raza de diabólica índole,
tu actitud de animal perseguido.
Morirás aquí de nieve y cuchillos,
morirás de lenguas venenosas,
de formularios y agudos relojes.
Llévate contigo tus letras
de sangre impura desdibujada,
y no regreses desde ultratumba
a turbar el sueño de los nuestros.
Vísperas
Tal vez baje desde su morada,
y toque con sus dedos cálidos
mis mejillas, mi frente, mis labios,
mi corazón tan tembloroso
bajo el asedio de mordeduras,
de tanta ponzoña sedimentada.
Tal vez despierte ahora, tal vez
me escuche gemir en la noche,
y su voz misericordiosa
descienda hasta mi alcoba en brumas,
y endulce mi oído cantando
la misma, la misma melodía
que en mi infancia, lejos en el tiempo.
Tal vez me escuche, tal vez sienta
mis pisadas rondar en torno
de las horas, de las campanas,
de mí mismo sin encontrarme.
Y si ahora gritara, y si ahora
elevara mi voz a los cielos,
y si ahora mi dolor humano
rugiera como una fiera herida,
¿me escucharía desde su morada,
despertaría de sus ensueños,
descendería a aplacar mi zozobra ?
Sí, tal vez descenderíamos,
tal vez te escucharíamos gemir,
tal vez nos apiadaríamos
de tu dolor humano, hermano.
Ulises Varsovia. Valparaíso, Chile, 1949. Estudió
en universidades de Chile, Suiza y Alemania, país éste ultimo donde
se doctoró en 1990. Destinado en la Universidad
de San Gallen, Suiza. Ha publicado en numerosas revistas y su producción poética es extensísima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario