Diario de a bordo
Editorial Amarante, julio de 2017
Pilar López Bernués es una autora de largo recorrido, que nos ha sorprendido con novelas juveniles de un elevado interés para el personal al que no iban dirigidas, tal vez por su elevado contenido de misterio e intriga, algo que vuelve a ofrecernos en la que nos ocupa, donde la narración y la lectura del diario de una mujer encontrada muerta en su yate, éste varado, se entremezclan para formar un todo que al buen lector, el gustador de los cócteles bien preparados de literatura, le agradará, avanzando entre uno y otro.
En efecto, un pequeño yate naufraga, quedando varado en un acantilado especialmente rocoso y sembrado de escollos, próximo al cabo de Creus, y es encontrado una fría mañana de un tres de enero.
Ahí comenzará la acción, como recuerdo de Daniel Martí y su esposa, que doce años después, en otra diferente mañana de enero, traen a la actualidad aquel acontecimiento.
En aquellos años, Daniel Martí, era un policía recién llegado al cuerpo y le tocó el marrón de leer el diario de la difunta, encontrado, con otras muchas cosas, en el yate. Un diario con ausencias, con tachaduras, con borrones, que es la crónica de la autora, escrito, como podremos ir viendo a lo largo de la lectura, para ella misma, pero también para un desconocido lector, dejando mensajes que el destinatario sabría descifrar y que al jóven policía le provocan momentos de desesperación, pero avanzará en la lectura.
No encontrará todas las respuestas, sino que, en algunos aspectos, muchas preguntas más, y tampoco encontrará las respuestas a su propia vida, a la de Daniel Martí. Es, por tanto, un acierto de la autora el tono intimista que da a su novela, además de esa intriga que se mantendrá hasta el final.
Lo dice la contraportada: narración descarnada de la vida interior de los protagonistas. Así que, desconocido lector, eso no te cogerá de sorpresa. Muchas otras cosas de esta novela, sí.
Francisco Javier Illán Vivas