Pacto de luz
cuando vivo en la eterna
gratitud
de saberme unigénita y
bendita
en medio del peligro y de la
nada.
No puede el caos anular la
estrella
que me alumbra en la noche
del destierro.
Existe un pacto con la Luz,
por siempre,
que eterniza el lenguaje de
las hadas
en mi torpe hilvanar la
realidad.
Elfos y sílfides, ondinas ,
duendes,
Ganesh, iluminados, Tara,
Gaia,
la del Búfalo Blanco y mi
María,
Nazareno Jesús, ángel
custodio,
Kuan Yin, Melquisedec y
Saint Germain…
Su aliento llega, pasado el
medio siglo,
al oído infantil que en mí
pervive,
el que el tiempo transmuta
en su peonza,
el que salta, feliz, las
desventuras,
alegre tirachinas que
ejecuta
al Goliat presuntuoso de las sombras.
Era la inocencia cálida, solemne,
el asombro feliz en la
mirada,
la dulzura en la arena y en
el agua,
eterno devaneo de los
instantes.
Era el sueño, verdad más
que evidente,
realidad incontenible, a
manos llenas,
borbotones de magia sin
palabras,
hechuras de misterio y de
alegría.
¿Cuándo fue la expulsión
de aquel dominio,
de la gracia infinita y sus
contornos?
Hoy me adentro en la fe de
los recuerdos,
a sabiendas de que hay un
mundo nuevo,
un mundo nuevo en la visión
del niño,
que se esconde en mi alma
desde entonces.
A él, a ella, niño, niña,
mago,
maga, infinito poder,
transmutación
de la noche en ráfaga
estelar,
en mis sueños lúcidos
invoco
y le imploro el retorno de
la dicha
que, cual faro radiante, me
alumbraba.
Isabel Ascensión M. Miralles (Los Ramos, Murcia, 1961). Profesora de literatura. Es miembro del Liceo Poético de Benidorm y su delegada en la Región de Murcia. Coordinadora de eventos culturales de repercusión internacional.
Hermosa tu poesia!! Enhorabuena!! Y gracias por compartirla !
ResponderEliminarMuy buenos poemas, querida Isabel
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