Cándido
Aún
acompañado de mi madre
tu
hija mayor
me
ha costado encontrar el valor
para
visitarte en la residencia
esperándote
en la entrada
me
han presentado a Paco
Paco
es un hombre sano
que
ha ingresado por amor
por
amor a su esposa
esposa
a la que la demencia senil
ha
roto el cuerpo y el alma
sepultándola
en una silla de ruedas
la
tengo muy bien cuidada
no
se me ha refriado en todo el invierno
con
el corazón ahogado
he
venido a verte
te
enseño la cámara y sonríes
siempre
te agrado que te retrataran
pero
tan oscuro no puedo fotografiarte
cómo
estás Cándido?
unos
se van /otros vienen/ pos nada
allí
hay una parte /y aquí otra/ pos nada
os
enterasteis /había partido/ pos nada
continuas
con la cabeza colmada
por
una secuencia combinada
de
fragmentos pretéritos
y
otros que te hubiera justado vivir
si
ya divagabas cuando reconocías este mundo
ahora
que vuelves a ser un niño
te
has sumergido para siempre
en
un universo propio donde eres feliz
pos
nada y no sé
me
voy a acostar
pos
nada
nunca
fuiste más feliz
que
al reposar en tu cama
descansa
pues pronto dormirás
todo
lo que quieras
y
esto es así
no
sabemos dónde está la gente
una
vez aquí y otras allí
Eso
es bueno
que
haiga uno
y
salgo otro
pos
nada
nervioso
no eres capaz de controlar
tus
continuos temblores
mientras
fuera no deja de llover
Está
lloviendo ahí fuera
está
tronando
vamos
/vamos/
venga
cada
uno a su sitio
nene
venga
cada
uno a su sitio
que
dice que está tronando
vamos
/vamos/
madrugan
luego más tarde
pájaro
atrapado por el agua
en
un nido pequeño y familiar
en
lo alto de la montaña
oculto
tras curvas
bajo
la cortina que teje
la
tormenta en la tierra
donde
nace el Sol
ya
no me recuerdas
ni
a mí /ni a nada/ ni a nadie
todo
lo confundes
de
nuevo /excitado/ llamas mi atención
percibes
como los árboles
se
llenan de aire
Pues
nada nene
a
la lucha
si
esto es así
es
así
yo
voy a subir p´arriba otra vez
y
me voy a acostar
me
voy a la casa a dormir
ale
hasta
la vista jóvenes
adiós
Cándido
prometo
volver para retratarte
mientras
aférrate
a los recuerdos empapados.
Centro
comercial
La
multitud abraza sin reparos
el
deseado templo construido
para
honrar su nueva religión
sentado
en medio de la algarabía
percibo
mi incomoda soledad
rodeado
de muchos
ignorado
por todos
lleno
mi estomago
con
alimentos de plástico
dispensados
a precios aberrantes
por
sonrisas cansadas y complacientes
la
música martillea mi sistema nervioso
acelerando
el ritmo cardiaco
convocando
a la oración del consumo
un
hábitat de la postmodernidad
que
ocupamos sin más remordimientos
que
el descubrir lo dañado
que
queda nuestro crédito
una
cacofonía de luces y formas
bloquea
mis sentidos hasta la nausea
gestionando
un enorme dolor totalitario
adolescentes
se paran frente al cristal
sueñan
con la gloria digital
entregados
a los nuevos mandamientos
de
esta temporada
soy
libre
para
comprar.
Diario
de un maltratador
Soy un dependiente emocional
inestable
/altivo/ e inseguro
siempre
tengo razón
y
confiado me engaño culpando
al
mundo de mis problemas
carente
de empatía
necesito
humillar y someter
sobrepaso
los límites
llegando
al maltrato
físico
y psicológico
para
encontrar la felicidad
te
necesito y quiero
pero
cruel y sarcástico
te
amenazo y humillo
te
golpeo e injurio
empapado
con sustancias vergonzantes
para
compensar las carencias
de
mi niñez y adolescencia
henchido
de agresiva inmadurez
mis
celos patológicos
te
acosan y humillan
controlando
hasta tu último aliento
para
encubrir mi baja autoestima
el
mundo me conoce encantador
pero
ante ti puedo
quitarme
la armadura
-Hola cariño
tu monstruo ha vuelto a casa.
La
ley del suelo
Estafando
a la naturaleza
Es
un derecho constitucional
especular
con la felicidad
de
casas sin gente
de
gente sin casa
es
una deber que los Caudillos
se
fotografíen inaugurando
construcciones
unifamiliares
vivimos
ordenadamente
pagando
toda una vida
entre
barracas y hormigueros
que
forman murallas de cemento
hiriendo
a cualquier naturaleza
construimos
bloques de avaricia
promociones
de abusos y corrupción
soñamos
con un piso que podamos pagar
o
una casita como las que se ven en el cine
queremos
ganar el mayor premio del concurso
firmemos
y confiemos pues
en
la justicia de que unos pocos
lo
tengan todo por siempre
fantaseemos
con pisos pateras
Nadie
recuerda a Cromwell
Agarrado
a la madera de un bar
barnizada
con sueños incompletos
me
salta la lucidez en forma de burbuja
un
borracho que siempre dice la verdad
pues
cree que todo lo sabe
pienso
que nadie recuerda ya a Cromwell
ahora
todas las acrobacias se hacen con red
los
adoradores de la religión digital
suspiran
por una Francia de cuento de hadas
que
tan solo existió en Hollywood
pero
destierran al espinoso ostracismo
a
aquellos que /obligados/ hoy se hospedan
en
el hotel del olvido regentado por un tal Cernuda
estamos
huérfanos de revoluciones
ahogados
por el liderazgo de la mediocridad
los
sueños desfilan en pasarelas mediáticas
mientras
los acólitos cíclopes
se
indignan aferrados
a
la resolución de sus pantallas
no
sea que se les ocurra salir a la calle
y
encuentren otros como ellos
dispuestos
a cambiar un mundo
todos
altivos y orgullosos despotrican
mientras
tocan el tambor
es
fácil pronunciar palabras valientes
con
la barriga subvencionada
el
siglo XXI nos coge a traspiés
alejados
de nuestro elemento
nadie
se acuerda de Cromwell
regicida
decapitado tras la Muerte
héroe
y villano al mismo tiempo
nadie
se acuerda de Cromwell
solamente
el rey.
Andrés Carlos López Herrero (Valencia, 1971), reside en Jumilla. Licenciado en Bellas Artes, Master en Psicología. Poeta, artista plástico y docente. Ha recibido numerosos galardones y reconocimientos, el más reciente el Premio Internacional EDUCARED 2012. Ha publicado Caminando desnudo, 2012. Desde 2011 escribe artículos para Promethean Planet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario