Con el demonio, sucinta
receta os doy ipso
facto:
cada vez que hagáis un pacto
conviene cambiar de tinta.
Una maldición distinta
requiere un nuevo tintero;
pondréis, pues, en un puchero
agua de rio y los cuescos
de dos albérchigos frescos
con el almendruco entero.
Reducidlos a carbones
bien quemados( negros), luego
los apartaréis del fuego
y haréis polvo, a pisotones.
De las incineraciones
que a un cadáver pongan fin
haréis un denso tarquín
al que añadir nuez de agalla.
De goma arábiga ralla
el cuádruple que de hollín.
Este polvo, una vez frío,
pasaréis por un cedazo
y mezclaréis en un cazo
con el agua de aquel río.
No encuentra el macho cabrío
esta tinta diferente
de la escritura corriente
del humano pío y recto;
para que surta su efecto
haremos bien lo siguiente:
La víspera de San Juan
recogeremos helechos
para quemar sus desechos
en marzo, mes de Satán.
Bajo la luna serán
junto al sarmiento arrogante
cinco noches luz menguante
de una hoguera, casi extinta.
Después, ya estará la tinta
lista para el nigromante.
Luis Miguel Rubio Domingo
Muy bueno. Me gustó mucho
ResponderEliminarSip es perfecto👌
ResponderEliminarBuenos dias ,quien vende la tinta de los pactos?
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