Con un donut en la boca y las manos ocupadas por sendas
bandejas donde llevaba los cafés con leche y demás viandas a las mesas
adyacentes, ¿con qué creéis que atrajo a aquella bebita que caía desde
la terraza del restaurante?
Mantuvo
el equilibrio y la recogió de forma elegante con su pierna derecha, sin
que la preciosa bebé sufriera ningún daño. Es más, la pequeña dijo "ota
ve" ante la hilaridad de los allí congregados. Él entregó, después de
depositar con delicadeza a tan dulce ricurita en el suelo, los cafés y
las viandas mientras se terminaba el donut.
M. D. Álvarez
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