─ ¿Quién es ella?─ pregunté
─ No es ella
sino muchas ellas─ respondió
─ ¿Amaste a
todas? ─ insinué llena de curiosidad
─ A casi
todas…o creí amarlas. El amor es un espejismo que inventamos para hacer más
leve nuestra estadía en la tierra.
Se quedó en
silencio. Con los ojos fijos en el recuerdo
─ ¿Qué pasó
cuando dejaste de amarlas? ¿Las desterraste de la memoria?
Su voz
emergió como de un túnel
─ No. Les
congelé el alma. Las reduje en ínfimas partículas como un holograma. Cuando es
preciso, hurgo en la memoria…compongo una nueva ilusión. Después las
guardo…continúan siendo una fibra íntima a merced de mi ensueño.
No me atreví
a preguntarle cuál de esas partículas era yo.
Nora Ibarra
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