A nuestra invitada de esta semana, Irel Faustina, la conocen perfectamente los lectores de Acantilados de papel, ha colaborado en nuestra revista en todos sus números, pero os recordaremos es maestra de primaria y máster en artes escénicas por la Universidad de Murcia, monitora de yoga, teatro, tai-chi y reiki. Actriz en el grupo Teatro Europeo Nueva Era y una animadora cultural incansable.
Ha publicado cuatro poemarios y aparecido en diferentes libros colectivos y antologías.
Coordina, en Molina de Segura, el evento Grito de Mujer. Se encuentra en plena campaña de promoción de su libro más reciente Alas.
Fotografía de Toñy Riquelme.
Pregunta.- Hace casi cuatro años que te entrevisté por última vez, en aquella ocasión fue por la presentación de tu poemario Realidad recobrada. Entonces te decía que, cada tres años, más o menos, podíamos contar con una nueva obra escrita de Irel Faustina. Ahora, además, nos presentas un libro de relatos. (PD: del cual ya nos hablaste brevemente en aquella entrevista del 24 de junio de 2010)
Respuesta.- Escribir un libro es algo que se puede hacer en un breve período de tiempo, pero una vez que lo has escrito tienes que dejarlo reposar, trabajarlo y madurarlo después y eso es algo que lleva su tiempo. Mis libros anteriores son poesía, pero yo no me quiero encasillar en un género y me pongo retos. Escribí una novela en los 80: La máscara, que cualquier día ve la luz públicamente. He escrito teatro: El espectro, en los 70, se publicó en Acantilados de Papel el pasado año. Hice crítica teatral para el periódico de La Verdad, por los 80. Me he adentrado en el mundo del ensayo con La Teatralización del texto poético “Las Condiciones del pájaro”, de Ginés Aniorte, donde se interrelacionan la poesía y el teatro a través del ensayo, en el 2011, para la Universidad de Murcia. Y ahora sale a la luz este nuevo libro que lleva un tiempo guardado en el cajón. Cada libro u obra es un nuevo reto al que me enfrento.
P.- Un libro de relatos que en la contraportada del mismo, podemos leer que no es una novela, no son cuentos ni relatos. ¿Qué es entonces Alas?
R.- ALAS es ensayo, autoayuda, ficción y realidad… se escribió en el 2004 y ha visto la luz 10 años más tarde; desgraciadamente, sigue siendo tan actual como entonces, el número de muertes por violencia de género o doméstica sigue creciendo.
El libro consta de dos partes, en la primera, que titulo Testimonios, son 50 microrrelatos que se van entrelazando como si se tratase de la misma historia, donde nos enfrentamos a diferentes situaciones y reflexiones sobre el maltrato, en un camino que conduce a la esperanza, desde el mismo momento en el que el personaje descubre su dependencia afectiva hacia alguien que le es inadecuado, pasando por el proceso de aceptación y reconocimiento de ser víctima de un maltratador, hasta el planteamiento de la ruptura y la necesidad de rehacerse.
La segunda parte, El Proceso, son 10 pasos para hacer realidad cualquier sueño. Flashes y reflexiones para renacer como el Ave Fénix.
P.- Es, por tanto, un libro comprometido. ¿Qué pretendes con él?
R.- Sí, es un libro comprometido con el que pretendo ayudar a superar las adicciones afectivas y evitar prolongar las relaciones tóxicas que acaban destruyendo a todo el entorno de la pareja. Pretendo que la persona que sufre el maltrato tome conciencia de su dependencia y decida el cambio y que las personas que le rodean ayuden a dar ese paso sin juzgar, sin inculcar sentimientos de culpabilidad, acogiendo y con mucha paciencia. Cuando una persona es maltratada baja considerablemente la autoestima y se justifica el maltrato al creer que se merece el insulto o la paliza, creándose un círculo cerrado del que cuesta salir, y si además la familia y las amistades no te apoyan, lo tienes muy crudo para salir de esa situación porque además crees que careces de valor y sientes vergüenza, por lo que lo ocultas y de cara a la galería das una imagen completamente falsa, por eso, cuando la pareja termina separándose o la relación acaba en tragedia, las personas del entorno comentan que se llevaban muy bien.
Se trata, pues, de reconocer las alas y aprender a volar. Opino que es un libro formativo, no sólo para quien lo está sufriendo en su carne, sino para la sociedad misma.
P.- La entrevista que publicamos anterior a la tuya, y que mantuve con Juan Gil Palao hace unos quince días, hablábamos del mismo tema: la violencia de género. Él, que ha publicado una novela, nos decía que la lacra de la violencia de género hay que mirarla desde todas las facetas, desde todos los ángulos. Tú, en este caso, te centras siempre en la víctima.
R.- Víctima es quien sufre en su carne la violencia, pero también lo es la hija que pierde a la madre, los niños que presencian los golpes, la madre que se siente impotente, el mismo maltratador es víctima de los celos o de su inmadurez emocional, la sociedad entera es víctima mientras sigamos con esta lacra. En cierto modo, también he intentado hacer un recorrido con los personajes entre distintas posiciones, la mujer, la hija, la madre, el hombre, la amiga, incluso de forma, un poco de paso, pero que daría tema para todo un libro, la violencia de género en el colectivo LGBT. Pero claro, yo soy mujer y estoy sensibilizada con la cantidad de muertes que se producen cada año ya que la superioridad física del hombre es uno de los motivos por lo que la gran mayoría de víctimas son mujeres. Me he posicionado principalmente en un proceso de salida de una mujer para hacerle ver que si la puerta está cerrada y no ve salida, hay ventanas y con las alas se puede salir volando.
P.- En efecto, no está dedicado sólo a la víctima del maltrato, también lo dedicas, o mejor dicho, lo diriges a la sociedad donde se genera la violencia.
R.- El problema del maltrato es un problema de la sociedad entera. No se nos educa emocionalmente y eso genera muchos problemas a la hora de relacionarnos. Creemos que sabemos amar, pero somos personas dependientes que necesitamos del otro. Mientras que no superemos la fase de dependencia seremos vulnerables al maltrato que no siempre es físico, por eso a veces cuesta reconocer que se es víctima, porque a veces se presenta bajo formas muy sutiles, y en muchos de estos casos suele ser la mujer la maltratadora. El respeto es fundamental en una relación, si no hay respeto no hay amor. Esto atañe a toda la sociedad. En la escuela aprendemos matemáticas, lengua, geografía, historia, física… pero no se nos enseña a resolver conflictos y así va el mundo.
P.- Cuando terminé de leer los cincuenta testimonios que contiene Alas tuve que reconocer el esfuerzo que habías hecho para convertir lo que podían ser, o de hecho lo son, breves relatos, en un ensayo. Un ensayo sanador.
R.- Así es, pretendo que la persona maltratada tome conciencia de que lo es y que nada justifica el maltrato, para, a continuación, dar el salto, volar y renacer.
Uno de los puntos sanadores del libro es el perdón; el perdón, primero, hacia uno mismo y, después, hacia la pareja. Liberarse del resentimiento es soltar un gran peso que nos proporciona paz y nos libera. Otro de los puntos fundamentales de la sanación es el amor hacia uno mismo. No podemos pretender que nos amen si no somos capaces de querernos.
Es un libro que hay que leer y aconsejable para la juventud.
P.- “Un proceso, un descenso a los infiernos, un renacer del propio fuego”, ¿qué hay de Irel Faustina en esta definición.
R.- Creo que de una manera o de otra casi todos hemos sufrido en algún momento alguna relación tóxica. Debemos hacerle frente, por mucho que duela y superar el duelo de la separación. Debemos aprender a estar solos y liberarnos de muchos de los mensajes que nos llegan de la publicidad, las canciones y los cuentos de hada. No existe la media naranja, somos una naranja completa y a ello hemos de aspirar. Debemos arrostrar nuestros miedos y fantasmas y conocer nuestro poder.
P.- Cuando has elegido el Ave Fénix para la portada es un claro mensaje que deseas transmitir a quien coja tu libro por primera vez.
R.- El Ave Fénix es símbolo de renacimiento. Superado el duelo de la separación y la adicción a la toxicidad de la relación, se abren infinitas posibilidades de fortalecer el núcleo de nuestro ser y conectarnos con nuestro poder.
P.- Como ya te he comentado es, en poco tiempo, la segunda vez que, en entrevista alrededor del libro, hablamos de la violencia de género. ¿Es necesario que los intelectuales, los escritores, los poetas, se impliquen en la erradicación de este problema?
R.- No sólo los artistas o intelectuales. Toda la sociedad debería implicarse. Lo preocupante es que la juventud de ahora mantenga patrones machistas que tanto daño han hecho, por ello, repito, mi libro Alas deberían leerlo los jóvenes.
P.- ¿Cuál es el problema, a tu entender, y que nos has querido transmitir, por el cual no se erradica de una vez la violencia de género?
R.- El gran problema es la falta de educación emocional, la falta de autoestima, la falta de asertividad, las diferencias de poder… todo ello unido a la falta de valores, que es la mayor lacra de nuestra sociedad.
Se dice que por los hijos una pareja debe mantenerse unida aunque la convivencia sea un infierno. El ejemplo a seguir es importante, la hija tenderá a dejarse maltratar, el hijo será un futuro maltratador. Yo soy de la opinión que los hijos tienen que tener claro que nada justifica el maltrato, así que dejo bien claro en mi libro que, precisamente por los hijos, es preferible la separación a mantener un ambiente de conflicto permanente en el hogar.
P.- En la difusión de esta obra te has rodeado de compañeros de peso: Andrés Carrillo de las Heras y Juan Tomás Frutos, por citar sólo dos de los que te acompañaron en la presentación del libro.
R.- Andrés es juez y escritor, en el libro Alas hay incluido un anexo suyo sobre cómo está la situación jurídica en España. Andrés aporta una visión muy necesaria a la hora de cuestionarse la separación. Juan Tomás Frutos es periodista y desde su medio conoce esta realidad y repara en la falta de formación. Tanto Andrés como Juan aportan un granito de arena a este caleidoscopio que pretende ser el libro, desde sus ángulos de mira. Ha sido todo un placer contar con su apoyo y les estoy muy agradecida, porque he de confesar que hace unos años intenté publicar el libro y me fui a los juzgados a buscar a un juez para que me diera esta información y no obtuve respuesta. Quizá es que no era el momento de publicarlo.
P.- Ya sabes por experiencia- creo que ésta es la cuarta entrevista que mantenemos a lo largo de los años- que siempre termino preguntando aspectos más personales. Pero antes quiero preguntarte por un proyecto de libro del que me hablaste hace cuatro años: Laberintos de metal.
R.- Ahí está, reposando. No tengo prisa por publicar. Además, últimamente lo que quiero es perfeccionarme y destruyo mucho más de lo que escribo. Laberintos de Metal, ya que me lo has preguntado, es poesía social. Ahí está, no sé cuando verá la luz, alguno de sus poemas los he compartido en alguna revista, o antología, o en algún recital. Tengo otros poemarios reposando: Miradas, Nieblas o las Rutas Poéticas. En cuanto a nuevos proyectos, ahora mismo quiero centrarme en promocionar Alas; más adelante, quiero volver a la poesía, pero quiero dar un salto cuántico y no tengo prisa. No tengo prisa por llegar a ningún sitio. Escribo porque siento la necesidad de hacerlo, porque disfruto con ello, porque es lo que alienta mi vida.
P.: Ahora que has publicado cuentos (no sólo en Alas, sino en libros colectivos con editoriales de ámbito nacional), quiero que me des tu opinión a esta reflexión de Cristina Fernández Cubas definiendo el cuento como “algo misterioso y titánico, que va siempre más allá de la extensión que tiene”.
R.- Toda obra literaria va más allá de la extensión que tiene. ¿Y el poema? Un poema implica la máxima economía del lenguaje: decir mucho con muy poco. Si nos metemos en el teatro, el teatro es todo un mundo rico en signos y en símbolos que enriquecen el texto y llenan de contenido los lugares de indeterminación que existen en la obra literaria. Y esto es arte, el poder decir mucho con tan poco.
P.- Lo hemos dicho en la presentación, pero quiero escucharlo de tu boca. Eres una activísima animadora cultural. ¿Dónde podemos encontrarte en internet? ¿Cuánto tiempo le dedicas?
R.- En Facebook: https://www.facebook.com/irelfaustina
En twitter: @Lunaroja13
Y http://pjarosdepapel.blogspot.com.es/ es uno de mis blogs.
¿El tiempo que le dedico? Cuando puedo.
P.- Veamos como han cambiado, si lo han hecho, tus gustos en estos cuatro años. Aconséjanos una película.
R.- Los miserables una de las que más me ha impactado en los últimos tiempos, y una clásica: El Gran Dictador, de Chaplin.
P.- Una obra de teatro.
R.- Julio César de Shakespeare, considero que es una obra muy actual.
P.- Y una canción.
R.- Imagina que no existe el cielo, es fácil si lo intentas, sin infierno debajo de nosotros… John Lennom. Imagine es todo un clásico que engancha con cualquier generación.
P.- ¿Un libro?
R.- Siempre aconsejaré mis libros y los libros de mis amigos, pero el libro al que más cariño tengo porque es el primer libro que me regalaron y a partir de él siempre quise siempre tener un libro como regalo, es El Principito, y ahí no creo haber cambiado de gusto.
P.: Ha sido un placer charlar contigo alrededor de un nuevo libro. Te deseo muchos éxitos.
R.- Gracias a ti por difundir nuestras obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario