Santiago Montobbio
De infinito amor
Los libros de la frontera, septiembre de 2021
He tenido la suerte de leer, y de comentaros, a lo largo de estos últimos meses, varios libros, en narrativa y en poesía, de un período catastrófico para la Humanidad, pero tremendamente beneficioso para la Naturaleza y su lucha contra el cambio climático. Porque la Humanidad no había conocido antes algo como el COVID que nos mantiene, dos años después, covidizados por algo que ahora se llama Omicron, pero que cambiará de nombre, seguro.
Pero nosotros, la Humanidad, somos supervivientes y seguimos destrozando el planeta y avanzando en nuestra propia exterminación. Y, mientras tanto, muchos de nosotros encontramos en la poesía, en la narrativa, en la lectura, la salvación o el consuelo. No sabría.
De infinito amor es un diario de encierro, que comienza el 17 de marzo de 2019 y termina el 30 de abril de 2020. Y en él el lector encontrará oscuridad, soledad, silencio, frío, y luz, considero que los poemas de Montobbio, que ya os hemos venido descubriendo en estos Acantilados de papel, contienen mucha esperanza, y mucha luz.
Día a día el poeta nos descubre que la poesía fue su refugio, en un encierro que compartió con su madre, y que desde la ventana vio la esperanza de la primavera, la soledad de las calles, el silencio de las noches, incluso el miedo de esa soledad, silencio y noche. Y aún así, la lectura de su periodico de confianza, la llegada de la primavera y la poesía eran los puntos de confianza donde se asentaba la esperanza de un futuro mejor.
Santiago escribe como siempre, como lo siente, como le viene. Yo he sido un privilegiado al tener la oportunidad de leer todas sus obras, que él tan amablemente me hace llegar y que en mi biblioteca de herencia, esa misma que dirige otro gran poeta, Alejandro Pérez Guillén en Benalup-Casas Viejas, tienen un lugar destacado.
Poesía y prosa, poemas extensos, poemas tan breves como un pensamiento, lo que sentía en muchos momentos a lo largo de esos días de encierro obligado, de encierro por temor a lo que nos venía de fuera, casi podemos vivirlo con él.
Un balcón de Barcelona, la presencia permanente de su madre, y la luz del exterior, poemas que son un testimonio, un diario, de vida.
PD: Yo los he tenido en la mesilla durante varias semanas, me han sido una compañía de la que no he querido separarme.
Francisco Javier Illán Vivas
Hola, muy motivadora tu reseña, anotado queda en la lista para más adelante. Gracias. Saludos
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