A la sombra de Eneas
Incipit Editores, 2015
Hay novelas que te hacen difícil adentrarte en ellas, conocer el mensaje que el autor quiere transmitirnos. Y, de no existir éste, conocer los motivos de la trama. Y, para mí, María Jesús Benedicte guarda, como ningún otro autor que he leído, muy bien las claves. Ya me ocurrió con su anterior novela, que en la contraportada de este libro la definen como "estrambótica" (La eternidad de vacaciones), y en algunos de los cuentos que hemos tenido el placer de leer los últimos años durante las convocatorias de Cuentos de Navidad.
Es lo que me volvió a ocurrir en esta narración de la historia de Irene, en una trama a la que rodean los movimientos históricos de España desde la muerte de Franco. Pero también es la historia de Ignacio, un cura que mantiene una relación especial con Irene. Amistad profunda, fe y escepticismo se darán cita cada vez que uno y otra se encuentren en Madrid, o en Murcia, en Barcelona, en Sevilla...
Pero la autora añade un aspecto más: el conocimiento de la literatura, fragmentos de libros y títulos se van desgranando a lo largo de la obra que nos ocupa, contada, al principio, en tercera persona, para pasar después a ser la narración personal, en primera persona, de Irene, que nos descubrirá ese viaje vital por los sentimientos.
Me ha quedado grabada una frase que tenía mucho sentido a la muerte del dictador, y que tiene sentido ahora. "libertad sin trabajo era algo que no me cuadraba" (página 26), que podemos perfectamente referirla a este año de 2016.
Y los profundos debates sobre fe entre Ignacio e Irene.
La novela nos deja las puertas abiertas a los acontecimientos de un ya lejano 23 de febrero...
Historia, sentimientos, fe, escepticismo, agnosticismo, historia... Como ya nos tiene acostumbrados María Jesús Benedicte Arnáiz.
Toñy Riquelme García
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