Pedro Javier Martínez Martínez
Rastreando tus huellas
Editorial Trirremis, septiembre 2015
Llegada la edad de la penumbra, y eso sólo lo saben quienes tienen la fuerza de perseverar en esto que se llama vida, supongo que se mira más hacia el futuro que hacia el pasado, se prepara uno para lo que viene. Y lo hace con un enorme baúl de recuerdos y vivencias, auténtico Cofre del Tesoro.
Estamos ante un libro de sólo se puede escribir con ese Cofre bien lleno. Un libro de poesía de la esperanza, pero también de desconsuelo, Vamos a encontrar, a lo largo de sus páginas, lo positivo y lo negativo; risas, pero también lágrimas; desasosiego, y fe. Mucha fe, un camino de espinas, sí, pero rodeado de rosas.
En muchos momentos, mientras lo leía, venía a mi reucerdo de lector impenitente el podema de Mario Benedetti "Que tengas un buen día" y, en él, el verso:
"Hoy puedo llogar porque las rosas tienen espinas... o puedo celebrar que las espinas tienen rosas".
Creo que es una buena definición para el poemario que nos ocupa y que el autor tuvo a bien pasármelo cuando sólo era un manuscrito, un proyecto. Caminé por aquellos poemas de desconsuelo, de encuentros con el final inexorable, con la única certeza de la vida: la muerte. Pero también encontré en la esquina de cada verso la esperanza, la fe, el creer sin género de dudas que allí está Él, aguardando para cumplir la promesa que hizo a la Humanidad.
Ahora, un buen tiempo después, aquel manuscrito devino en en libro, y en un libro de una presentación cuidada, donde he notado la mano de Antonio Galera Gracia. Y con una impactante portada de Alejandro Martínez Albentosa.
Únicamente me queda animaros a disfrutar de este rastreo de las huellas de Cristo y llegar a la plenitud con la que el poeta concluye sus reflexiones frente a Cristo crucificado.
Francisco Javier Illán Vivas
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