Anochece, platero
La Sierpe y el laúd, noviembre de 2014
Once relatos centrados en Galicia, en Menorca, en Lanzarote, en Castilla, en Murcia, en Madrid y en la Capadocia, es lo que nos trae la entrega catorce de la colección Acanto, del Grupo de literatura La Sierpe y el Laúd, de Cieza.
Podría parecer un pequeño libro de viajes, pero es un breve libro de seres humanos que habitan esos lugares y por los que el narrador va viajando, pues todos ellos, todos los lugares, tienen vínculos personales con él.
Anochece, Platero me ha parecido un caos. Sí. El autor nos escribe las historias como si nos las estuviese contando de viva voz, avanzando en el recuerdo, retrocediendo, añadiendo ahora esta anécdota, o privándonos de aquella por no recordarla en ese momento. Escribe como nos hablaría. Él nos dice en la contraportada que estos relatos están "contados como al bolígrafo, al ordenador y a la cabeza les ha dado Dios a entender. Se cruza la idea y, al final, sale".
Es, a mi entender, la mejor definición de esta nueva entrega de Acanto, colección que sigo desde su inicio, como la excelente revista que anteriormente a ella publicaba el Grupo de Literatura. Ya hay en mi biblioteca trece de los catorce libros de la colección. Uno no lo quise, uno no reunía la condición literaria precisa para estar junto a otros casi tres mil autores que viven en mi casa.
Los relatos de Jorge Cela Trulock, quien nos dice que vive para escribir, y no que escriba para vivir, han sido un agradable paseo por sus caóticos recuerdos.
Francisco Javier Illán Vivas
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