AÑOS
buscan:
finalmente
solo hubo entre nosotros fantasías,
ansias
de ser y deseos reprimidos.
Desde
el balcón, miro el mar,
desde
el balcón, siento su voz golpeándome el oído:
enajenado,
devorando las piedras una a una,
extendiendo
una brisa fría como las manos del cielo.
Recordar,
siempre recordar dónde hemos llegado,
lo
escaso que cada uno hemos recibido a tan altos intereses,
la
mucha indignación pretendida
y
el mucho dolor escondido por algunos.
Desde
el balcón, miro el mar.
Desde
el balcón, recito lentamente.
Desde
el balcón, observo el cercano horizonte entre tinieblas.
Fernando López Guisado
Muchas gracias. Me despierto con salir aquí. Un buen despertar sin duda.
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