Ángeles
del
cielo
transportad
su
cuerpo
traspasado
a
mi regazo.
Dejad
que
ahora
descanse
y
se refugie,
aun
inerte,
entre
mis brazos;
mas
su muerte
no
es eterna.
Efímera
es
la
condena
de
mis angustias...
Miguel
Ángel, Salzillo,
artistas
de todo el mundo
reflejad
en vuestras obras
mi
piedad y amarga espera
de
mi Hijo, que ahora entrego.
Cristián Mínguez
De su libro "Versos sacros".
No hay comentarios:
Publicar un comentario