Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

jueves, 15 de mayo de 2025

Abadón, el ángel de la Muerte, de Manuel Muñoz Hidalgo (Reseña nº 1103)

 


Manuel Muñoz Hidalgo
Abadón, el ángel de la Muerte
Ediciones Irreverentes, octubre 2024

Un auto sacramental, o la renovación de los conflictos que se daban en los viejos Autos Sacramentales, esta es la obra que Manuel Muñoz Hidalgo me regaló en octubre del pasado año, cuando coincidimos en la Feria del Libro de Murcia, en la misma caseta, la de M.A.R. Editor - Ediciones Irreverentes.

Yo le había prometido un ejemplar de mi Poesía completa, una vez que saliera de imprenta, pero no pude cumplirla, habíamos hablado de la Feria del Libro de Alcantarilla, de algún evento posterior, pero él nos dejó inesperadamente del 27de marzo de este año de 2025.

El mismo autor deja escrito que el drama litúrgico que nos ocupa "pretende recrear las representaciones sacaras medievales, impulsadas por la iglesia católica romana en los templos, pórticos o plazas de las ciudades y pueblos".

Apenas una decena de personajes, más o menos principales, para unir y mezclar lo profano con lo sacro y el sermón con lo simbólico, como nos dice el autor del prólogo, Juan García Larrondo.

Teatro dentro del Teatro, para cerrar una prolífica vida literaria que abarcó todos los campos: teatro, poesía, ensayo, biografía, conferencias, ponencias... pero sobre todo teatro.

Un abrazo, amigo, estés donde estés.

Francisco Javier Illán Vivas 

martes, 13 de mayo de 2025

Su nombre, de M.D. Álvarez

 


Aquel tatuaje era una declaración de amor hacia ella, su mejor amiga y compañera, su nombre franqueado por dos dragones rampantes. En cuanto ella vio su espalda cubierta de apósitos, se asustó, pero él la tranquilizó diciéndole que era un tatuaje muy especial que mostraría sus verdaderos sentimientos. Ella se sintió intrigada, pero esperó 24 horas hasta que le cambiara los apósitos.


Al día siguiente, ella le quitó los apósitos y sintió una mezcla de amor y admiración por el gran gesto que su compañero había realizado por ella. Lo abrazó cuidadosamente y le colocó suavemente los apósitos.

—Eres encantador y te quiero por eso, dijó ella, besándolo con pasión. —Te lo voy a compensar", refirio, mordiéndose el labio y esbozando una sonrisa pícara.

—¿Te gusta? —preguntó él con una sonrisa nerviosa, observando su expresión.

Ella lo miró a los ojos, intentando encontrar las palabras adecuadas. —Es... impresionante —dijo finalmente—. Nunca pensé que harías algo así por mí.

Él se encogió de hombros, como si lo que había hecho no fuera gran cosa. —Siempre quise hacer algo especial. Sabía que significabas mucho para mí, y quería que lo supieras de una manera única.

Ella se acercó más, sintiendo el calor de su cuerpo. —Lo has hecho... realmente lo has hecho —respondió, su voz casi un susurro. 

El silencio entre ellos se llenó de una electricidad palpable. Su corazón latía con fuerza mientras pensaba en lo que significaba ese gesto. Era un paso hacia algo más grande, algo que ambos habían esquivado durante tanto tiempo.

M. D. Álvarez

sábado, 10 de mayo de 2025

Vida imaginaria del Doctor Mabuse, de Pedro Amorós (Reseña nº 1102)

 


Pedro Amorós
Vida imaginaria del Doctor Mabuse
Cuadernos del Laberinto, diciembre 2023

La pasada Feria del Libro de Murcia tuvo la grata noticia, al menos para quien esto escribe, de saber que mi amigo Pedro Amorós había vuelto a publicar y no desaproveché su estancia en la caseta de El Corte Inglés para ir a visitarle, darle un abrazo y hacerme con un ejemplar de su Doctor Mabuse.

Obra difícil de catalogar, pues parece un ensayo alrededor de la vida de Ezequiel Justo, quien vino al mundo en un lugar entre Arenas de San Pedro y Talavera de la Reina. Y, para suerte de su cronista, dejó unas memorias. También le ha servido al narrador omnisciente el Anecdotario de Cesáreo Estébanez.

Ahora surge la pregunta. Entonces, ¿quién es el Doctor Mabuse? Hay muchos campos donde podemos conocerle, y la obra que nos ocupa irá desvelando su faceta de pintor, de eremita, capo de una banda criminal, benefactor, presunto parricida, escritor... Vada Carrillo nos adelanta algunas claves en el prólogo, pero tendrás que ser tú, lector, quien se adentre en esta historia para conocer realmente si el Doctor Mabuse es una realidad o es tan solo una ficción.

Francisco Javier Illán Vivas

jueves, 8 de mayo de 2025

Poema de Carmelo Guillén Acosta

 


 
TU VOLUNTAD

Me dejaré empapar con tu palabra,
por tu mano que dora los trigales,
por la humildad con la que cala el tiempo
hasta hacer de mi vida otra distinta.
Me dejaré impregnar del cielo aciago
que lustra y a traviesa mi piel frágil.
Maduraré vistoso en el intento
de darme en holocausto hasta el martirio.
Haré cuanto tú quieras, pero antes
sé tú a través de mi para que nada
me impida realizar tu voluntad.
Tu voluntad: mi pan de cada día.

martes, 6 de mayo de 2025

Héctor y el alien, de M.D. Álvarez


 

Los portales interdimensionales habían comenzado a surgir de improviso, llevando a través de ellos a pobres criaturas que se habían visto sorprendidas por su aparición. 

Una de aquellas criaturas era una de las mayores aberraciones alienígenas; se había colado por un portal que lo llevó a nuestro mundo. Nuestro mundo estaba protegido por nuestro héroe, el hijo de un celestial y una humana: Héctor. Las alarmas comenzaron a sonar, pero él ya había presentado el peligro. CGI lo había avisado. 

Cuando presintió el peligro, buscó el portal por donde se colaría aquel ser. De forma inexplicable, localizó el portal en nuestro planeta gemelo, Marte. Se trasladó al planeta; el portal estaba sobre la cima del monte Olimpo. Allí lucharía contra aquel ser descomunal.

Héctor, con su armadura celestial resplandeciendo bajo el tenue sol marciano, se preparó para la batalla. El aire era denso y cargado de energía mientras el portal comenzaba a abrirse completamente. De él emergió la aberración alienígena, una criatura de múltiples extremidades y ojos brillantes como brasas. Héctor sintió la presión de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también la fuerza de su linaje celestial.

Con un rugido que resonó por las llanuras marcianas, Héctor se lanzó al ataque. Sus movimientos eran rápidos y precisos, cada golpe cargado con la energía de las estrellas. La criatura respondió con furia, sus extremidades golpeando el suelo y levantando nubes de polvo rojo. La batalla era intensa, un choque de titanes en un escenario desolado.

Finalmente, con un golpe certero, Héctor logró herir a la criatura en su punto débil. La aberración emitió un grito ensordecedor antes de desvanecerse en una nube de energía oscura. Héctor, exhausto pero victorioso, cerró el portal, asegurando la paz una vez más.

M. D. Álvarez