Victoria Mera
Rutas de vuelo
Ediciones Oblicuas, 2012
La poesía es muchas veces un breve trazo en el papel, casi en el aire. Es, también a veces, la línea, la estela que deja el movimiento, son palabras que nunca están quietas, algo tan sublime que incluso cuesta trabajo comprender su magnitud cuando la tenemos ante nosotros.
Victoria Mera ha pretendido y conseguido acercarse a esa estela del viento en su libro, un breve libro- me gustan los libros de poesía que sean breves-, por que en ellos está la esencia, aunque también el veneno. Y la poesía es sublime, pero puede ser horrenda (ya dijeron otros que no hay nada peor que un poeta malo, pero no es el caso que nos ocupa).
Las dos coordenadas que dividen el libro de Victoria Mera, conducen a ella, y a él, en versos muy personales, en tránsito, viajando, con el aire, en el aire, como esos trazos de la escritura japonesa, breves, emocionantes en sí mismos, en el momento de plasmarlos sobre el pergamino, en el momento de ver cómo nacen.
Berlín, París, Roma, Grecia, África, Granada... un mundo recorrido en los poemas, en ese bello poema pendiente, en ese verso que la poeta reclama como debido, y que me ha parecido un preciso resumen del libro que os presento esta semana.
Bésame, como dice la canción,
bésame mucho.
Quizás no vayamos a morir mañana
pero, por si acaso,
dispárame tus besos,
no te guardes ni uno sólo en la recámara.
Francisco Javier Illán Vivas
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