Sobre la muerte y los moribundos
Debolsillo, enero de 2012
Esta es una obra sobre el concepto de muerte en la
sociedad “actual”, aunque no debemos olvidar que los derechos del libro son de
1969. Elisabeth Kübler-Ross reflexiona a lo largo de sus páginas y nos narra
cómo, a pesar de que el ser humano se ha enfrentado a la muerte desde el
principio de los tiempos, ella le sigue asustando:
Llevo
dos años y medio trabajando con pacientes moribundos, y este libro hablará del
comienzo de ese experimento, que resultó ser una experiencia importante e
instructiva para todos los participantes. No pretende ser un manual de cómo
tratar a los pacientes moribundos, ni un estudio de la psicología del
moribundo. Es, simplemente, el resultado de una nueva e interesante oportunidad
de reconsiderar al paciente como ser humano, hacerle participar en diálogos, y
aprender de él lo bueno y lo malo... (Pág. 11)
El ser humano, así nos lo mostrará la autora, toma
actitudes respecto a ella que lo único que hacen es detener el proceso de duelo
tanto de los familiares como de la persona que se enfrenta a su propia muerte.
La obra fue publicada en Nueva York en 1972, y está dividida
en doce capítulos y una extensísima bibliografía. Una sección para
agradecimientos y un prefacio sitúan al lector ante la muerte, que siempre ha
sido desagradable para el ser humano y siempre lo será.
Cuando alguien muere pierde todo lo que ha tenido, todo
lo que tiene y todo lo que pueda tener en el futuro. Y es, como nos recuerda el
dicho ancestral, lo único que no tiene solución.
Ante este proceso, la autora nos describe los aspectos
emotivos que siente el ser humano cuando se enfrenta a lo único que no tiene
vuelta atrás.
A través de la identificación y comprensión de los
sentimientos de los moribundos- fases por las que pasa el proceso del duelo- la
obra muestra cómo controlar tales emociones y cómo transformar las actitudes
para aliviar el sufrimiento psicológico tanto de quien abandona la vida como de
familiares, proponiendo una serie de alternativas válidas para los
profesionales que tienen que trabajar con el paciente moribundo, brindarle su
apoyo, a la vez que lo hacen con la familia que lo rodea y ocuparse de ella
simultáneamente.
Y, por supuesto, y así nos lo recuerda la contraportada
del libro, válido también para todas las
personas que deseen abordar su futuro con responsabilidad.
Toñy Riquelme García
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