Para que en
el futuro exista el crédito,
¿debemos
acabar con los escraches?
Da mucha
grima ver a los políticos
sufriendo la
coacción de turbias turbas
frente a sus
propios domicilios. Nadie
debería
acosarlos en su casa.
Pero da pena
ver perder la casa
a los que no
disponen ya de crédito.
En realidad,
no les ayuda nadie,
por eso
mismo están haciendo escraches
y se les
tilda de 'violentas turbas'
en la prensa
leal a los políticos.
'Ada Colau
acosa a los políticos'
dice la
prensa que nos llega a casa;
'es una
terrorista que usa turbas
contra la
democracia'. Niego el crédito
a tanta
tinta tonta y antiescraches
mientras la
gente no le importa a nadie.
Primero
dieron crédito a un don nadie
para que se
lucraran los políticos
y ahora se
lanzan contra los escraches,
que son la
forma de protesta en casa
de los
políticos de poco crédito
que fusiona
la furia de las turbas.
Humanas aves
en nocturnas turbas
se
manifiestan sin que pueda nadie
refutar su
razón, hurtarles crédito.
Lo han
intentado esbirros y políticos
leguleyos
que barren para casa.
Si
criminalizando los escraches
pretenden
acabar con los escraches,
solo podrán
enardecer las turbas
y alguno de
ellos llegará a su casa
una tarde
tranquila y un don nadie
le dirá qué
merecen los políticos:
'Se merecen
que no les demos crédito'.
Doy crédito
a la acción que los escraches
hacen con
los políticos de casa.
Colau guía
a las turbas como nadie.
Luis Miguel
Rubio Domingo
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