(A
Rick Wrigt, teclista de “Pink Floyd)
No
volveremos a nadar en el dulce julio,
el
sol saldrá, los campos abrirán gigantes manos de colores,
la
mar no cesará,
pero
no, Rick, el dulce julio se nos marchó con la ceniza de los
miércoles,
año
tras año, odre tras odre, novia tras novia,
nos
hemos quedado varados en esta rada sin fondo, sin poseidónea manta,
sin salida,
y
han sido tantos los solos de guitarra que hemos sentido posibles,
tantas
barbacoas han encendido nuestro sexos sin que nadie avisara de que
....................................................................................el
sol se pondría,
no
nos es suficiente,
nunca
lo puede ser, Rick, tú te has muerto,
la
traición de los amigos, las notas del Maestral, todo esto ha colmado
los
...............................................................................................adarves,
y
estamos lejos, Sr. Wright, muy lejos, de lo que fuimos,
todos
nos hemos muerto, Rick, llegan los agostos pero no reímos al estío,
llegan
los coños pero deseamos al prójimo,
llegan
las leyes pero llenamos de mierda las togas, y no queremos,
no
queremos
veredictos,
solo
sueños, perfiles de ojos llorosos con las legañas del ayer,
el
dulce julio, Sr. Wright, por Dios tu dulce julio,
una
caricia de la juventud perdida, el calentor del mediodía en la cara,
la
ceremonia de los bancos de pueblo y las risas,
algo
que sea de verdad, el cobalto dulce del regalo, el ayer
frente
a esta cascada de los haberes negros y las deudas ya tan
tan
repartidas.
Andrés Carrillo de las Heras
Puñetera nostalgia que haciendonos suspirar tanto nos duele. Jodida nostalgia que tan bien expresas y van las lágrimas y se me saltan. (seré gilipollas a dos telediarios de jubilame)
ResponderEliminarEres de lo mejor, Pedro. La nostalgia, empero, tiene algo de agridulce, y yo así la percibo en estos versos. Fue dulce en su día, y hoy un petricor de su aroma sigue endulzando el agrio realismo del tiempo que ha transcurrido y los amigos y mujeres que se han ido. Besos, mi buen amigo.
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