Como
el Viento en la espalda
Ediciones Bohodón. 2013
Todas
las novelas empiezan por mayúscula.
No
resulta, como ya mencioné en otras ocasiones, nada sencillo realizar
una crítica de una obra escrita por alguien a quien conoces, porque
la profesionalidad le obliga a uno a aparcar cualquier sentimiento en
beneficio de la objetividad literaria. A ello, me dispongo.
Nos
encontramos con la primera novela de Elena Muñoz Echevarría:
empresaria, comunicadora social, experta en “Marketing” y
gestora cultural. Su vida personal y profesional, en especial en la
etapa más reciente, siempre ha estado relacionada con la escritura,
hecho que, confesado por la autora, le sirvió para dar el paso
definitivo hacia la elaboración de una historia propia, un reto que
no resulta nada sencillo y que requiere constancia, imaginación y
técnica.
¿Se
puede morir de amor?
Como
el viento en la espalda es un título que hace referencia a que
el amor debe suponer siempre un empuje y una ayuda, un ánimo. Entre
las páginas iremos desvelando una historia de diferentes lecturas,
ambientes y épocas. La protagonista y narradora principal, Marta
Nogales, deja claro desde las primeras páginas que estamos ante una
complicada etapa de su vida que ella está poniendo por escrito. Por
supuesto, seremos testigos de sucesos emocionales donde el amor y sus
diferentes rostros (erótico, fraterno, amistoso) siempre estará
presente en la crónica de esa mujer moderna, que experimenta unos
momentos de cambio en los que todo parece tambalearse y le impulsan a
dar un giro radical en su vida.
Por
amor se puede… hasta matar.
El
profundo tejido emocional se va desgranando de forma acertada en una
trama de intriga que recuerda a los clásicos detectivescos de Agatha
Christie: conspiraciones, secretos familiares ocultos e
inconfesables, y misteriosas situaciones con un telón de clase media
alta que, aún así, percibe la crisis en sus fibras. La fusión de
las diferentes lecturas da origen a un todo orgánico muy
entretenido, bien estructurado y sorprendente; en la mejor tradición
del misterio, lo que en un principio parecen descuidos de escritor
principiante, se revelan como trampas estratégicamente preparadas.
En
cuanto al tejido formal, supone un reflejo del buen hacer en la
trama. La prosa, ágil y vivaz, en ocasiones podría resultar
demasiado coloquial; detalle que se manifiesta como un recurso
deliberado por parte de la autora, que demuestra y recuerda mediante
determinados cambios de narrador (brillante la carta
desde el pasado
en toda su dureza y desgarro) que es su personaje principal (Marta)
quien cuenta la historia, desde un punto de vista subjetivo y un
registro lingüístico propio. Otro detalle de originalidad: cada
capítulo va precedido de una entrada del blog de la propia autora,
Mi
vida en tacones,
que pone en situación de preaviso respecto los temas que en la
novela están a punto de leerse. También aparecen referencias a
otros autores amigos de Elena Muñoz: algunos personajes son
descritos leyendo las obras de los mencionados escritores. Todos son
puntadas que retienen el mundo imaginario en lo verosímil.
Tengo
que aprender a caminar sola…
En
el volumen nos sorprende la magia del arte: la coincidencia ha
llevado a que el cuadro de la artista María Alcaide, imagen de
portada, recuerde de forma idónea otro lienzo de gran importancia en
las páginas. Pintora y escritora no se habían conocido durante la
elaboración de sus respectivas obras. El libro está bien editado,
sin erratas relevantes. Papel color hueso.
En
resumen, una estupenda y entretenida primera novela, con un personaje
(Marta Nogales) que seguir explotando a modo de contemporánea mujer
metida a detective aficionado, cuya creadora sin duda pondrá en su
futuro toda suerte de nuevos misterios e intrigas.
Fernando
López Guisado
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