José
Luis Morante
Nubes.
Ed. Corona del Sur., 2013
No es el haiku —al contrario de lo que suele pensarse — un género sencillo de practicar. Este tipo de composición breve cuenta con unas reglas estrictas que imponen, de salida, la caligrafía en el idioma original (japonés). También, según la corriente más tradicional, debe incluir una referencia a la naturaleza y la estación del año.
Ed. Corona del Sur., 2013
No es el haiku —al contrario de lo que suele pensarse — un género sencillo de practicar. Este tipo de composición breve cuenta con unas reglas estrictas que imponen, de salida, la caligrafía en el idioma original (japonés). También, según la corriente más tradicional, debe incluir una referencia a la naturaleza y la estación del año.
No
obstante, haciendo honor a la famosa cita de Robert Frost «poesía
es aquello que se pierde en la traducción», se ha establecido —por
convención práctica y estética— en trasvasar a nuestro idioma su
práctica mediante estrofas de 5/7/5, respetando la esencia más
primordial que caracteriza esta composición nipona de inclinación
aforística: la transmutación de un estado (emocional, mental,
espiritual) en otro, provocada por un brevísimo estímulo externo
durante un momento contemplativo, y adquiriendo iluminación o
sabiduría durante el proceso.
«Mi encuentro con la sombra.»
El tiempo nos ha legado multitud de referencias que legitiman el feliz destino de este tipo de trasvases estróficos, en especial, durante las épocas que han supuesto una agilidad y reactivación de las comunicaciones interculturales. Una muestra: la importación de los metros italianos a nuestro país durante el Renacimiento. La historia del mundo es la historia de las influencias.
«Mi encuentro con la sombra.»
El tiempo nos ha legado multitud de referencias que legitiman el feliz destino de este tipo de trasvases estróficos, en especial, durante las épocas que han supuesto una agilidad y reactivación de las comunicaciones interculturales. Una muestra: la importación de los metros italianos a nuestro país durante el Renacimiento. La historia del mundo es la historia de las influencias.
Desde
una óptica positiva, toda pérdida en un campo (la plasmación
gráfica) supone una ganancia en otro. Y el haiku
ha podido así crecer e incluso permearse mediante otros pensamientos
y tendencias de la literatura actual. Bajo diferentes perspectivas,
esta composición implementa una implicación del entorno urbano
(Impacientes
suburbios),
de la vida contemporánea y su cotidianeidad (Bajo
la sábana),
e incluso lo metaliterario (Lo
dice Borges).
«Somos quien fuimos.»
Ahora aparece, para ejemplificar este hecho (los versos del párrafo anterior pertenecen al mismo), el volumen Nubes, de José Luis Morante, que reúne y recupera sus haiku, que no tuvieron cabida en la anterior antología Mapa de Ruta (2010. Ed. Maillot Amarillo). En sus páginas podemos experimentar esta ya mencionada fusión de estilos. Reconocemos, por tanto, la línea de poesía clara que caracteriza al autor y sus inquietudes líricas, muy centradas en el diálogo bien entre almas, bien —y con frecuencia— introspectivo. Todo refiere a la mencionada transmutación de estado y trasluce unas influencias críticas y eruditas producto de la frecuente visita a una biblioteca nutrida del género. De esa manera, captura y recupera la esencia primordial de las composiciones originales japonesas.
«Somos quien fuimos.»
Ahora aparece, para ejemplificar este hecho (los versos del párrafo anterior pertenecen al mismo), el volumen Nubes, de José Luis Morante, que reúne y recupera sus haiku, que no tuvieron cabida en la anterior antología Mapa de Ruta (2010. Ed. Maillot Amarillo). En sus páginas podemos experimentar esta ya mencionada fusión de estilos. Reconocemos, por tanto, la línea de poesía clara que caracteriza al autor y sus inquietudes líricas, muy centradas en el diálogo bien entre almas, bien —y con frecuencia— introspectivo. Todo refiere a la mencionada transmutación de estado y trasluce unas influencias críticas y eruditas producto de la frecuente visita a una biblioteca nutrida del género. De esa manera, captura y recupera la esencia primordial de las composiciones originales japonesas.
Nadamos,
por tanto, en una poética de aquello «no nombrado», de lo sutil de
la brisa marina y la definición de la propia identidad mediante el
entorno. Cuadra, además, con el gusto de José Luis Morante por el
aforismo
y la sentencia crítica, disciplina que visita con frecuencia tanto
en su blog Puentes
de Papel,
como en otros trabajos del pasado: Mejores días (2009. De la luna
libros). Somos testigos, por tanto, de la concreción poética del
hombre que trata de buscar explicación a un devenir —consciente de
que tal esclarecimiento en realidad no existe, ni es posible, salvo
quizá en breves instantes de epifanía—, pero que no por ello deja
de intentarlo o de admirar la belleza del proceso.
«Final de ruta.»
«Final de ruta.»
Se
trata de una edición completa, cómoda y compacta, presentada de
forma impecable por la editorial malagueña Corona del Sur —que
también imprime—, a modo de tirada selecta y cuidada, poniendo
atención al detalle y a lo exquisito. Solapas, portada y
contraportada se unen en un todo envolvente que muestra una
fotografía expresionista obra de Carmen Peralto. Letra clara, bien
visible, sin erratas, muy agradable de leer. Papel grueso y cremoso.
Se acompaña de un epílogo reflexivo firmado por el propio autor.
Un
libro recomendable para los amantes del haiku,
de
la poesía, y de aquellos que busquen lo inasible que se pierde en la
traducción.
Fernando
López Guisado.
Os diré, que si tenéis un ratito, aunque sea pequeño, no os perdáis
ResponderEliminareste pedacito de cielo llamado "nubes", es de una exquisitez que
como bien indica su titulo, se asemeja a ese manjar de
gominola que, cuando te la comes, te deja un regusto a felicidad.