Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

jueves, 1 de mayo de 2014

La sextina (soneto doble)

Informa mi razón, que no mi mano
lerda, de la espiral. Que no le den

cuerda, como a un reloj. Fue ese andén

plataforma de un credo virgiliano:



norma y precepto, nunca verso vano,

cerda de brocha gorda: no ¿A quién

recuerda la pared de piedra? Ven,

horma sin hiedra, ten mi pelo cano,



soy quien te quiso pulcra, blanca rosa,

virginal, virgiliana, gongorina.

Hoy te traiciona esta pesada losa



mal hallada en mi metro sin sordina.

Doy lo que he dado y aún así me acosa,

animal malherido, la sextina.



Luis Miguel Rubio Domingo

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