Clarice Lispector
Cuentos reunidos
Siruela,
2013
Este
libro contiene los siguientes títulos: Lazos
de familia, La legión extranjera, Felicidad clandestina, El viacrucis del
cuerpo, ¿Dónde estuviste anoche? y La
bella y la bestia.
Clarice
Lispector (Ucrania, 1920- Brasil, 1977) es una de las figuras de la literatura
moderna de las letras sudamericanas, y por qué no, internacionales. Vivió en
Brasil, escribió en portugués y su obra es, a pesar de su carácter universal,
netamente latinoamericana. De hecho, abandonó su tierra natal siendo una niña y
jamás se consideró ucraniana. Hablemos de estos Cuentos reunidos.
Hay ocasiones en las que la literatura se
adentra más allá de sí misma y descompone las frágiles fronteras de los géneros
y los tópicos. En los seis libros de cuentos que integran este volumen podemos
afirmar que una línea que cartografía un alma literaria única y personal los
convoca y los convierte en una sola voz que a lo largo del tiempo ha alcanzado
su timbre y su inequívoca musicalidad. Una especie de sintonía, de melodía, que
a pesar de sus distintos compases, tonos y ritmos, acaba por sonarnos única,
reconocible. Los cuentos de Lispector están teñidos de una mágica melodía que
proviene de lo más hondo del ser, de la mujer. Si el lector espera narraciones
al uso, las encontrará en muchos casos. Pero la verdadera potencia de la
literatura de la escritora brasileña radica más en su ritmo que en su letra,
musicalmente hablando. Porque, como decíamos, la poesía atraviesa la prosa (se
confunde también) de muchos de los cuentos que aquí comentamos. Hay en esa declinación
espiritual de la palabra una búsqueda de la identidad y de la individualidad dentro
de un mundo familiar, urbano, desapacible. Un mundo a menudo peligroso,
desafiante, despiadado, en el que un alma sensible como la de la narradora
(posiblemente la escritora también) siente la amenaza sutil de lo invisible.
Hay
renacimiento, como si a cada instante la vida se nos ofreciese en pequeñas
revelaciones, epifanías místicas del propio ser. En ocasiones la narración se
troca en monólogo interior woolfiano (aunque a Lispector no le agradase esta
comparación), pero teñido de una sensibilidad que tan solo la sangre de un país
sureño posee y es capaz de conceder. Sí, creo que ahí se encuentran dos claves
de la cuentística de Lispector: instrospección a través de un lenguaje poético
y sensibilidad telúrica, el extrañamiento característico de un realismo
mágico muy indefinido y personal.
El
amor. Por supuesto está presente en todas sus formas. Al igual que no hallamos
fronteras que delimiten el género poético del prosaico, tampoco nos toparemos
con escollos a la hora de encarar a eros. Entre personas del mismo sexo, entre
una mujer casta que descubre su sexualidad gracias a la visita inesperada de un
ser de otro planeta. El redescubrimiento del deseo y la carne por una
octogenaria ataviada de sus prejuicios…
La
fuerza interior que emana de una mujer, a través de la innovadora escritura o
la fórmula del cuento clásico, predominan y sobrevuelan las narraciones de
Clarice Lispector. Personajes urbanos, niños, animales. Cualquier criatura es
en estas poesías parte integrante de
un escenario que no hace sino cartografiar el universo interior de una mujer
cuya existencia interior parecía tender hacia lo universal, como Joyce,
partiendo de lo nimio.
No
sé si serán estos los mejores cuentos que he leído. Pero son una experiencia
única y ya sabemos que la originalidad es una de las características de los
genios.
Pedro Pujante
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