EL ECO
Se agazapa
en el espejo
bajo el
corazón de plata
hecho nube
y sortilegio
el eco que
se derrama
por las
paredes del tiempo.
Entre las
ramas del cielo
susurra
flores cantadas,
elegancia
que suspira
saltando
sobre el reflejo
de su
juventud dorada.
MUJER
Fortaleza
protegida
con
torreones de fuego,
defendiendo
los recuerdos
preñados de
tu sonrisa,
son tus
ojos las esquinas
vigilantes
de otros tiempos
cuando
fueran caballeros
los brillos
con que iluminas.
Aleteo de
golondrinas
sobre el
tejado del cielo
estandarte
del deseo
es el alma
femenina.
AMOR
Eres fuego
de amor y mi destino,
firmamento
infinito que me abrasa
cuando
cierro los ojos a la nada
abriendo el
corazón en donde habito.
Me fundo en
el ardor de tu mirada
deshojando
las flores del destino
que
embriagan con aromas mis sentidos
y sienten
los latidos de mi alma.
El dulce
resplandor del mar regala,
con esencia
de rosa y azucena,
el eterno
temblor de la mañana.
Pones oro
en mis labios, arboleda
luminosa de
fuente engalanada,
con
derramadas perlas de belleza.
CIELO
Los aromas
reverberan el color de la mañana
hecha de
sombra y de cielo, de brillos y de hojarasca,
destilando
los matices grabados sobre la plata
nocturna
por sentimientos que asoman a la ventana
abierta
cuanto revelan sobre la blanca almohada.
Ana Gregorio, nacida en Alcantarilla, licenciada en filología hispánica, ha realizado dos cursos de capacitación investigadora. Nos cuenta que escribe lo que le dicta el corazón y que su pintura, de formación autodidacta, ha sido ya expuesta en diferentes lugares, individual y colectivamente. Ambas, poesía y pintura, forman parte inseparable de su formación interior.
Bellos poemas sin duda, un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Carlos. Todo un honor viniendo de un gran poeta. Saludos.
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