Antología
universal del relato fantástico
Ediciones
Atalanta, 2013
Convocar
a todos los autores y relatos de la literatura fantástica en un solo volumen es
una tarea imposible que solo un libro infinito imaginado por Borges sería capaz
de contener. Pero no por ello salen libros que recogen, en un afán totalizador
y no pocas veces equivocado, gran parte, o al menos lo más representativo, del
género. Sin embargo, esta paradoja, la de tratar de resumir un género y crear
un imperfecto libro no se da en esta Antología
Universal del Relato Fantástico que ha editado pulcramente la Editorial
Atalanta. Por el contrario, aquí se opera con el poderoso sentimiento, lo cual
conduce indefectiblemente al éxito. El editor nos confiesa que lo han movido
sus gustos personales a la hora de elegir a los autores y sus obras. Y el
resultado es un borgiano compendio de relatos que sirven para radiografiar lo
mejor de la literatura fantástica de los dos últimos siglos. Desde los clásicos
indiscutibles (Poe, Cortázar, Lovecraft, Borges, Hawthorne, Machen, Cristina
Fernández Cubas, Hoffmann,….) hasta algunos escritores prácticamente desligados
de los circuitos de la literatura de género pero cuyas incursiones son dignas
de mención y atenta lectura: Carpentier, Turgenev, Rosa Chacel o Javier Marías,
por citar solo unos pocos del amplio catálogo que compone esta Antología.
Al
comienzo, Jacobo Siruela nos regala un Exordio
extenso y muy suculento en el que desmenuza el género. A través primero de unos
esbozos historicistas y después resumiendo la producción literaria del propio
volumen mediante los distintos motivos que la caracterizan: ‘casas encantadas’,
‘fantasmas’, ‘vampiros’, ‘pactos con el diablo’… Sin duda, solo esta
introducción hará las delicias de cualquier lector y le servirá como guía para acompañar
este extenso libro de fantásticos cuentos y para ulteriores lecturas.
Más
de mil páginas componen esta extraordinaria Antología.
En ella podremos deleitarnos con las más famosas historias de Poe, Kipling o
Ambrose Bierce. Hay fantasma y espíritus y todos los elementos que configuran
la atmósfera de un relato típico sobrenatural. Pero como el propio editor nos
comunica en el Exordio hay dos formas
de aproximarse a lo fantástico. Centrípetamente, o sea, respetando los
parámetros y estructuras que rigen las narraciones tradicionales de este
género. O de un modo centrífugo, es decir, de una manera amplia, ilimitada y
por lo tanto desclasificadora y expansiva a toda la literatura universal.
El
lector que se asome a este libro podrá recorrer casas en las que hay presencias
turbadoras, seres intangibles, sombras que acechan. Descubrirá la mirada de un
espíritu atroz, el miedo, lo incognoscible. Sentirá el pavor de lo misterioso,
lo inconmensurable. Pero también el más puro extrañamiento sin nombre ni lógica
ni explicación racional. Esa sensación demoledora que nos descoloca y nos
convierte en seres irreales por unos instantes, esa sensación que nos provee de
una extraña locura, esa locura prestada por la literatura y que de algún modo
aceptamos como nuestra.
Por
favor, lean esta Antología universal del
relato fantástico. Relean a Borges, Cortázar, Francisco Tario, Saki,
Lovecraft (el maestro de lo sobrenatural cósmico), Papini, Henry James o
Dickens.
Descubran
las fascinantes narraciones de los grandes maestros. Y pequeñas obras de arte
indispensables. Yo por mi parte he desvelado secretos que no conocía. El
misticismo de Tanizaki, la soberbia disposición de los mitos por parte de Dino
Buzzati o Danilo Kiš. El pavor incomunicable de los espacios que dibuja Naiyer
Masud en Lo oculto o el que quizá es
uno de los mejores relatos fantásticos, de esa zona ‘centrífuga’ de la
literatura que roza lo sobrenatural para dejarnos la sensación de lo inefable: La lotería de Shirley Jackson, autora
que inspiró a escritores de la talla de Stephen King.
Este
libro merecería tantas reseñas como cuentos hay en él. La brevedad del
reseñista espero sea perdonada y sirva para prolongar su
tiempo y ocuparlo en mejores lecturas, lecturas de estos cuentos, por ejemplo.
Pedro Pujante
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