Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

viernes, 4 de abril de 2014

Antología universal del relato fantástico, de VV.AA. (Reseña nº 628)



VV.AA.
Antología universal del relato fantástico
Ediciones Atalanta, 2013

Convocar a todos los autores y relatos de la literatura fantástica en un solo volumen es una tarea imposible que solo un libro infinito imaginado por Borges sería capaz de contener. Pero no por ello salen libros que recogen, en un afán totalizador y no pocas veces equivocado, gran parte, o al menos lo más representativo, del género. Sin embargo, esta paradoja, la de tratar de resumir un género y crear un imperfecto libro no se da en esta Antología Universal del Relato Fantástico que ha editado pulcramente la Editorial Atalanta. Por el contrario, aquí se opera con el poderoso sentimiento, lo cual conduce indefectiblemente al éxito. El editor nos confiesa que lo han movido sus gustos personales a la hora de elegir a los autores y sus obras. Y el resultado es un borgiano compendio de relatos que sirven para radiografiar lo mejor de la literatura fantástica de los dos últimos siglos. Desde los clásicos indiscutibles (Poe, Cortázar, Lovecraft, Borges, Hawthorne, Machen, Cristina Fernández Cubas, Hoffmann,….) hasta algunos escritores prácticamente desligados de los circuitos de la literatura de género pero cuyas incursiones son dignas de mención y atenta lectura: Carpentier, Turgenev, Rosa Chacel o Javier Marías, por citar solo unos pocos del amplio catálogo que compone esta Antología.

Al comienzo, Jacobo Siruela nos regala un Exordio extenso y muy suculento en el que desmenuza el género. A través primero de unos esbozos historicistas y después resumiendo la producción literaria del propio volumen mediante los distintos motivos que la caracterizan: ‘casas encantadas’, ‘fantasmas’, ‘vampiros’, ‘pactos con el diablo’… Sin duda, solo esta introducción hará las delicias de cualquier lector y le servirá como guía para acompañar este extenso libro de fantásticos cuentos y para ulteriores lecturas.

Más de mil páginas componen esta extraordinaria Antología. En ella podremos deleitarnos con las más famosas historias de Poe, Kipling o Ambrose Bierce. Hay fantasma y espíritus y todos los elementos que configuran la atmósfera de un relato típico sobrenatural. Pero como el propio editor nos comunica en el Exordio hay dos formas de aproximarse a lo fantástico. Centrípetamente, o sea, respetando los parámetros y estructuras que rigen las narraciones tradicionales de este género. O de un modo centrífugo, es decir, de una manera amplia, ilimitada y por lo tanto desclasificadora y expansiva a toda la literatura universal. 

El lector que se asome a este libro podrá recorrer casas en las que hay presencias turbadoras, seres intangibles, sombras que acechan. Descubrirá la mirada de un espíritu atroz, el miedo, lo incognoscible. Sentirá el pavor de lo misterioso, lo inconmensurable. Pero también el más puro extrañamiento sin nombre ni lógica ni explicación racional. Esa sensación demoledora que nos descoloca y nos convierte en seres irreales por unos instantes, esa sensación que nos provee de una extraña locura, esa locura prestada por la literatura y que de algún modo aceptamos como nuestra.

Por favor, lean esta Antología universal del relato fantástico. Relean a Borges, Cortázar, Francisco Tario, Saki, Lovecraft (el maestro de lo sobrenatural cósmico), Papini, Henry James o Dickens. 

Descubran las fascinantes narraciones de los grandes maestros. Y pequeñas obras de arte indispensables. Yo por mi parte he desvelado secretos que no conocía. El misticismo de Tanizaki, la soberbia disposición de los mitos por parte de Dino Buzzati o Danilo Kiš. El pavor incomunicable de los espacios que dibuja Naiyer Masud en Lo oculto o el que quizá es uno de los mejores relatos fantásticos, de esa zona ‘centrífuga’ de la literatura que roza lo sobrenatural para dejarnos la sensación de lo inefable: La lotería de Shirley Jackson, autora que inspiró a escritores de la talla de Stephen King.

Este libro merecería tantas reseñas como cuentos hay en él. La brevedad del reseñista espero sea perdonada y sirva para prolongar su tiempo y ocuparlo en mejores lecturas, lecturas de estos cuentos, por ejemplo.

Pedro Pujante

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