El cabo Hopkins repartía las cartas con la izquierda, mientras que con la derecha pasaba las cuentas del rosario que le habían regalado.
Un secreto que le obligó a no mostrar a su derecha lo que hacía su izquierda.
Era
famoso por su maestría repartiendo, como por su beatitud rezando, y no
era de extrañar que mientras jugaba recitara el rosario.
Por
eso sus amigos se sorprendieron cuando lo encontraron muerto en su
habitación con la baraja en su mano derecha y el rosario en su mano
izquierda.
¿Había descubierto su derecha lo que hacía su izquierda?
M. D. Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario