Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

jueves, 1 de agosto de 2024

Selección poética de Francisco Saura Pérez

XXIII
En otro tiempo recogimos chapinas esparcidas como estrellas al azar,
entreabrimos una senda en el carrizal,
construimos un refugio para protegernos del viento y de la lluvia,
columpios y helechos, una barcaza vuelta del revés,
cigarrillos y la seguridad de un mundo que nunca cambiaría
porque era inabarcable de tanto amor que desdeñaba.
De aquello nada queda,
solo la madera podrida flotando en la muerte
que se nos anuncia como el mar que fue,
¿de qué más podemos mentir?:
para eso están las leyes que hablan de la resurrección.


XXIII
Allí hubo un mar.
Las leyendas lo recuerdan amortajado de sal y de luz,
y ahora que solo es pasado,
lo sentimos como lugar de encuentro
de un futuro de dignidad serena.
Y si los poetas no mienten,
y por la hierba alta suena la música
(acaso un piano o un violín o una orquesta
dibujando susurros en el baile de los flamencos),
y si unos niños pasean en bicicleta y recogen caracolas,
y escuchan el plañir del universo
contemplando el nacimiento de la luna,
veremos el día vestido con su mejores galas,
caballos trotando sobre las crestas de las olas,
y a los bucaneros enterrando tesoros
en la dorada arena de una bahía danzante.

VI
La luna,
la luna dibujando serpientes en la mansedumbre del mar,
recorriendo con su boca la luz de los senderos de las algas,
revelando en la mirada los secretos que tu silencio oculta.
Anoche te amé bajo la luna de agosto,
abrí los ventanales de la madrugada para que su luz iluminara todo tu cuerpo,
disipé las nubes, y la humedad del cielo, y el aire mismo,
me susurró que descorriera los cortinajes de tu corazón,
para que su luz iluminara tu rostro,
y tus senos,
y el silencio de tus ojos.

VIII
Creemos que no hay obstáculos,
que la luz ilumina el camino,
estela de luciérnagas que asciende
y se hace miel cuando un grito unánime
pide y no claudica.

XI
Desperté con hambre en la mirada,
anhelo de un cuerpo
que no pude acechar en la madrugada.
La tempestad nos devolvió a la penumbra de las velas,
al vaho de los ventanales cerrados,
al brillo de la sal,
y a las sábanas húmedas.
Me dejaste por un libro
de agua, por una estrofa de Conde,
por la cera caliente goteando en el papel,
por un paisaje de lluvia torrencial.
Regresaste al alba
para beber de las fuentes del romanticismo,
pero la tormenta ya solo era lejano recuerdo
de un mundo salvaje donde todo era posible.


Francisco Saura Pérez.  Murcia, 1964.
En 2021 publicó en la editorial digital Abismos del Suroeste "Primer cuaderno de Praga". Repetiría, en septiembre de 2022, en la misma editorial con "En la piel de un Dios". Colaborador habitual en diarios y revistas digitales.
El menor de los mares” (septiembre de 1923) es el tercer libro de poesía que publica, una exposición sentimental, de reflexión consciente y de bosquejo de las inquietudes formuladas sobre una verdad troncal: el convencimiento de que somos realmente hijos de esos mares que nos sobrevivirán a todos a pesar de nuestro profundo maltrato.
Los poemas aquí seleccionados forman parte de este último poemario.




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