Javier Hernández Velázquez
Nunca bombardees Pearl Harbor
M.A.R. Editor, 2018
Gracias a Tenerife Noir y, por supuesto, a M.A.R. Editor, he conocido la obra de Javier Hernández Velázquez, y en ella, a su inspector Mat Fernández. Personaje con el cual, por cierto, coincidí en la Semana Negra de Gijón, pues había tomado el cuerpo de su propio autor.
La novela negra, la novela criminal, la novela policíaca, como quiera llamársela, tiene en este investigador, Mat Fernández, un personaje peculiar, que nos llevará a Esplugas City en el transcurso de una investigación que comienza en su ciudad, en la de los dos, autor y personaje, (o trasunto personaje), con la que parece tener una relación de amor y odio siempre destacada por quienes han leído las dos novelas anteriores del investigador.
No busquéis esa ciudad del oeste, Esplugas City, pues desapareció cuando así lo decidió un ministro franquista, pero en su historia, en sus archivos perdidos, se encuentran las posibles claves de una muerte acontecida en el Raval que el detective sin licencia está investigando.
Esta llegada a Cataluña nos descubrirá, también a lo largo de las páginas, muchas de las claves del proceso secesionista, de la corrupción que le acompaña y de la connivencia del poder político con los grupos económicos internacionales, mientras el pueblo se deja llevar por los tranpantojos que aquellos les ponen ante sus hipnotizadas miradas.
Y con esa situación secesionista del llamado "procés" como decorado, el autor nos va mostrando sus conocimientos en el cine, que forma parte, también, de un decorado sin el que, esta novela, no habría podido ser. Sergio Leone estará, allí donde se encuentre, contento de que unas imágenes perdidas de su película sean motivo de que Mat Fernández se traslade desde Tenerife a Barcelona.
Ahora, tú, lector, debes terminar esta reseña descubriendo el final.
Francisco Javier Illán Vivas
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