María Ángeles Lonardi. Larroque, Entre Ríos,
Argentina, 1970. Es Poeta, Escritora y Profesora. Desde el año 2002 está
radicada en Almería España.
Posee numerosos Premios literarios. Integra varias
Antologías a ambos lados del Atlántico. Ha participado
en Recitales Poéticos, Encuentros de Escritores Nacionales e Internacionales,
en varias Jornadas Literarias organizadas por la Diputación de Almería. Ha colaborado
en Presentaciones de otros autores y es Jurado de los Concursos de Cuentos
Interculturales.
Libros de poemas publicados: Amores (1997), Entre
calamidades y milagros (2005), Cuatro poetas, que incluye su libro El
jardín azul, publicado por IEA (2014) y Poemas para leer a deshoras,
Letra Impar (2017).
Es miembro del Departamento de Arte y Literatura
del Instituto de Estudios Almerienses, miembro del Centro Andaluz de las Letras
e integrante del Circuito Ronda andaluza.
Es miembro del Movimiento Poetas del Mundo, miembro
de REMES Red Mundial de Escritores, Miembro del Movimiento Humanismo
solidario, Además, colabora con la Asociación Cultural Celia Viñas y desde
el 2015 es integrante del colectivo Poetas del Sur.
Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.
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Pregunta.- Poemas
para leer a deshoras es el cuarto poemario de María Ángeles Lonardi, una
argentina afincada en Almería desde 2002.
Respuesta.- Sí, es correcto, es
el cuarto libro. Es un libro muy especial porque, más allá de las diez
presentaciones que ha tenido, lo he llevado por varias Bibliotecas de toda la
provincia de Almería y de Granada, al
Hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, a las Ferias del
Libro de Granada, Málaga y Almería, a
dos Bibliotecas de Argentina, dos presentaciones en Argentina, varios recitales
poéticos... más allá de todo eso, sigue dándome satisfacciones increíbles, por
ejemplo, que lo lean estudiantes de español en Japón. Además, este libro está
muy bien arropado con un prólogo del poeta granadino Pedro Enriquez, el epílogo
de Pilar Quirosa y las palabras finales de Francisco Vargas.
Tiene más de 100 páginas y 88 poemas, como
88 teclas tiene un piano. Y hago referencia al piano porque considero que la
poesía y la música siempre van de la mano.
P.- Dice Francisco Vargas que buscas, en este nuevo
poemario, un punto de apoyo ante los interrogantes vitales de cada día.
R.- Creo que,
lo que quiere decir es que me baso en los interrogantes de cada día, en lo
cotidiano para elaborar una conclusión y expresar la importancia vital que
tienen las cosas en nuestra vida.
Es importante tener un
punto de apoyo para lograr el conocimiento. Ese punto de apoyo refuerza el
mensaje y sostiene como una columna vertebral el trasfondo de cada poema y del
libro, en mi caso.
P.- En tu lenguaje poético utilizas una forma directa y
clara para dirigirte al lector, lo que nos ha parecido un acierto, pues desde
el primer momento él sabe lo que deseas transmitirle.
R.- Sí, claro. Es
fundamental transmitir el mensaje y deliberadamente he buscado un lenguaje
directo y claro para que el lector interprete el mensaje y no se pierda en
palabras innecesarias.
Mi poesía tiene mucho simbolismo pero cuido
de no abusar con las metáforas, precisamente para que el lector no se pierda en
florituras. Citando a Javier Lostalé (madrileño, crítico y poeta español) escribió
en la Revista La Galla Ciencia: «La
poesía es lo que nos une a lo esencial. Significa también despojamiento. Por
eso uno, cuando va escribiendo a lo largo del tiempo, cada vez va escribiendo
poemas más despojados, menos retóricos, en donde sobran algunos adjetivos que
no tengan sentido. Es escribir buscando la médula de todo». «La poesía es el
nombrar más exacto». Y para eso, hay que utilizar un lenguaje directo y claro.
P.- Divides tu poemario en siete partes. No podemos
decir que independientes, sino que cumplimentan unas a otras tu filosofía
poética.
R.- Pensando siempre en
facilitar la lectura, he intentado ponerme en la piel del lector y desde la
empatía, he buscado cumplir con todas las expectativas. Las partes agrupan
poemas de una temática pero se interrelacionan entre ellos, porque en
definitiva hablamos de la vida, de las cosas cotidianas de la vida, de los
problemas de hoy en día, de las mujeres, de la naturaleza, de aquí y de allá,
de filosofía y de la vida…
P.- Poemas comprometidos con la naturaleza, con los
paisajes que has vivido, con tu el tiempo que te ha tocado vivir, sin olvidar
tu condición de mujer.
R.- Desde luego. Considero
que el poeta de hoy en día tiene que asumir su responsabilidad con el tiempo y
la realidad, la problemática que le toca vivir, un poeta que no es capaz de
asumir esa responsabilidad no merece llamarse poeta.
Yo soy comprometida y no tengo miedo a llamar
cada cosa por su nombre. Mi poesía es vital, inconformista. Mi poesía es
verdad. Por eso quien me lee se identifica y hace suyo el poema con cierta
facilidad. Y con respecto a la Mujer, en este libro tiene un lugar muy
destacado. La protagonista es una mujer y ella es valiente, denuncia, grita,
siente, piensa y sueña.
Esa mujer soy yo y todas las que en mi
habitan. Y soy muy feliz de ser Mujer.
P.- Y nos escribes también sobre la cotidianeidad y
sobre lo cotidiano.
R.-
Son las cosas
que nos rodean las que nos determinan como personas. Son cosas que no son solo
cosas, son objetos que en mi libro cobran vida. Esto me valió la comparación
con la poesía de la experiencia o la otra sentimentalidad como dice Rosario
Guarino en la crítica publicada en la Revista LGC 6/2 /2018: «Pero Lonardi
tiene la habilidad para mostrar las cosas desde otra perspectiva, dotándolas de
alma, algo que nos recuerda al poeta granadino Luis García Montero, hijo
predilecto de Andalucía, en particular en su poemario Una forma de resistencia (Razones para no tirar las cosas).
Alfaguara 2012.» Y sí, en mis poemas las cosas cobran vida. Utilizo la
personificación y convierto a las cosas cotidianas en protagonistas.
P.- Nos agrada tus citas poéticas, de buenos amigos de Acantilados de Papel. Y, como lo has
citado, debo preguntártelo: ¿poesía de la experiencia?
R.- Sí, me lo han dicho.
Lo dijo hace mucho Miguel Naveros en una entrevista en el Diario La voz de Almería. También hizo referencia a este tema el profesor
Antonio Duque Lara que da clases de español en Japón desde hace treinta años y
lo volvió a decir Charo Guarino en una crítica literaria muy completa y
profunda, que le agradezco infinitamente. No sé si totalmente. También es una
poesía existencial, vitalista, inconformista y más. Experiencias y memorias en
una vertiginosa interrelación y no olvidemos la imaginación.
P.- Profesora, poeta, escritora, miembro del Departamento de Arte y Literatura del Instituto de Estudios
Almerienses, miembro del Centro Andaluz de las Letras e integrante del Circuito
Ronda andaluza; miembro del Movimiento Poetas del Mundo, miembro de
REMES Red Mundial de Escritores, Miembro del Movimiento Humanismo solidario,
Además, colabora con la Asociación Cultural Celia Viñas y desde el 2015 es
integrante del colectivo Poetas del Sur.
Dime, ¿cuál es el secreto para poder afrontar tantos frentes?
R.- ¡Uy! Organizarse.
Más de veinte años de trabajo en la administración de empresas me han servido
para aprender disciplina y orden. La organización vence al tiempo y si te
organizas y priorizas, se puede hacer todo. Además, trabajo en mi casa, no
descuido mi familia, mis amigos, mis afectos…mi jardín. Soy profesora pero no
ejerzo en España por ejemplo y cuando se trata de hacer lo que más te gusta,
sacas tiempo de donde sea.
P.- También has sido jurado durante cinco años
consecutivos del concurso de cuentos interculturales de Almería. Háblanos de
esa experiencia y de en qué consiste ese concurso.
R.- Ah sí, una experiencia maravillosa,
gratificante y muy enriquecedora. Es increíble leer cómo escriben niños de
primaria, contando sus aventuras en tierras desconocidas o como dan rienda suelta
a la imaginación. Tiene tres categorías, primaria, secundaria y general y con
muy buen nivel por cierto. La interculturalidad es una temática muy importante
a tratar y Almería es una tierra de acogida.
P.- Nos vas a permitir ahora unas preguntas que
planteamos a los poetas que entrevistamos por primera vez. ¿Cuándo sabes si un
texto es bueno o malo?
R.- Es muy difícil saberlo porque depende de cada
uno. Esto es muy subjetivo. Y depende de la capacidad de autocritica de cada
uno. Borges decía que se obligada a publicar para dejar de corregir y a mí me
pasa como a Miguel Ángel Buonarotti, siempre me parece que la obra está
inacabada…
P.- ¿Cómo agrupa los poemas?
R.- Generalmente,
surge un tema, un título y luego agrupo por afinidad a esa temática. Otras
veces, busco deliberadamente poemas que tengan que ver con un eje, un hilo
conductor.
P.- ¿Es verdad eso que dicen que hay pocas cosas más
espantosas que un poeta malo?
R.- Bueno, un poeta malo es espantoso pero, hay
músicos malos y artistas plásticos malos y también son espantosos. Hay de todo
en la viña del Señor. Creo que puede ser espantoso y puede ser aun peor. Malo
malísimo. Horroroso, esperpéntico, indescriptible... Para mí hay muchas
cosas más espantosas que un poeta malo:
un político corrupto, un periodista manipulable, un cura pedófilo, el hambre,
la guerra, una madre que vende un hijo, un padre que mata un hijo y puedo seguir…
P.: Por
supuesto, lo que citas, pero nos referíamos a un aspecto literario. ¿La buena
literatura está hecha por gente desobediente?
R.- No siempre. No es
bueno generalizar. No me gustan los estereotipos ni las etiquetas. Sí creo que
el poeta es rebelde por naturaleza, inconformista, curioso, ambicioso, exigente;
pero no todos y no de la misma manera a lo largo de la vida. Por ejemplo,
cuando tenemos veinte años, nos comemos el mundo y con cuarenta ya lo miramos
de reojo. Con sesenta…no sé, cuando los tenga te contesto.
P.- ¿Usas mucho la papelera de reciclaje?
R.- No. Desecho poco. Soy de reutilizar mucho jeje
(broma)
P.- En un mundo que tiende a leer cada vez menos. ¿Qué
piensas cuando lees que el año 2017 se publicaron, según la Agencia del ISBN,
87.292 nuevos títulos?
R.- Pienso que la gente lee lo que le interesa y que
es cada vez más selectiva. Compra libros muchas veces por compromiso, pero no
los lee. Es preocupante, pero a la vez
es muy bueno porque esto nos obliga a ser más competitivos. Es una carrera de
fondo.
P.- Anuradha Roy,
la escritora hindú, declaró que escribir es al mismo tiempo un regalo y una
opresión. ¿Cómo lo ves?
R.- Un regalo sí. Una
opresión puede ser hasta que lo liberas todo. Esto es muy subjetivo. Para mí es
una necesidad vital, irrefrenable. Para mi es liberador y placentero. Sufro más
cuando toca podar o corregir el poema.
P.- No me resisto a añadir esta reflexión de Francisco
Gijón pone en boca de uno de los personajes de su última novela: nadie que es
feliz escribe, como tampoco nace el arte de ningún ser pleno.
R.- Respeto mucho la opinión de este señor pero
no la comparto para nada. Yo soy feliz y escribo. Además, considero que para
escribir un buen poema, cuanto más has vivido, cuánto más plena es tu vida, más
bello será ese poema. No creo que el poeta deba ser un triste, amargado ser
solitario para escribir una obra de arte. Es más, hay que seguir derribando
mitos y estereotipos.
Escribir suele ser
catártico y se puede escribir para desahogarse o hacer un duelo o para celebrar
y revivir un momento de éxtasis. La mayoría suele escribir a posteriori. Y si
eres un ser pleno, tienes una conciencia, una sabiduría que otros no tienen y
de allí claro que puede salir arte.
P. Esta pregunta la suelo plantear a casi todos los
poetas que entrevisto. En el mundo de las prisas, del iPhone, del cambio
climático, que periódicamente sufre pandemias, ¿qué sentido tiene la poesía?
R.- La poesía no pierde
su sentido por los avances tecnológicos, los sobrevive, y los sobrevivirá, como
ha ido evolucionando y adaptándose, beneficiándose de las novedades y
permanecerá en el tiempo porque la poesía es inherente al ser humano y la
necesitamos para vivir.
¿Alguien recuerda que comenzamos
escribiendo en papel? Yo sigo haciéndolo; usamos la máquina de escribir y el
diccionario súper gordo de papel a mano y ahora todo está en el ordenador o en
la tablet, o el teléfono.
La poesía es una herramienta imprescindible
para luchar contra la ordinariez, contra la mentira, contra la corrupción y la
ignorancia. ¿Cómo lo hace? Por medio del lenguaje, de la palabra.
La poesía es ahora más necesaria que nunca
porque ayuda a comprender un mundo en permanente cambio que nos obliga, como
dice Charles Berstein, a «reinventar nuestras formas y nuestro lenguaje para no
perder el contacto con nosotros mismos y con el mundo en que vivimos». La
poesía nos convierte en seres capaces de reflexionar sobre la propia
experiencia, nos enseña a valorar la precisión del lenguaje como vehículo para
trasmitir nuestras ideas y como instrumento para interpretar la percepción de
cuanto nos rodea. La poesía nos enseña a transformar un objeto común, porque le
concede los atributos de lo asombroso y nos hace mejores seres humanos.
La poesía no busca verdades imperecederas, nos
acerca a esa verdad universal que a todos nos pertenece.
«Quien escribe un poema, decía el Nobel
ruso, lo escribe sobre todo porque la escritura de versos es un extraordinario
acelerador de la conciencia, del pensamiento, de la comprensión del universo». Y
eso no nos puede faltar es vital para el ser humano.
Ha de alterar todas las fibras sensibles,
ha de avanzar sobre el tiempo real, ha de impulsar novedad y frescura, ha de
abrir cauces, ha de abrir interrogantes, ha de hacer pensar. Dice Carlos
Alcorta (España 1959)
Dice Raquel Lanseros: «Porque la poesía es
una simbiosis perfecta de pensamiento, reflexión, lógica razón más emoción,
intuición inconsciente, legado histórico, musicalidad, ritmo.»
A fin de cuentas, las personas somos
iguales y no tan diferentes como pensamos y esas necesidades de los otros
suelen ser mis mismas necesidades, entonces la poesía se convierte en hilo
unificado y te identificas con el poema. Ese es el sentido, comunicar,
expresar, hacer pensar, transmitir, y ese sentido no desaparece por mas prisas,
o novedades tecnológicas o cambios ambientales que tengamos. El ser es el mismo
ser en esencia desde el principio.
P. Escribía Eduardo García que un solo verso feliz
puede permanecer durante siglos, mientras toneladas de poemas fallidos se
pierden para siempre. ¿No desanima esa realidad al poeta?
R.- ¡Al contrario! El
poeta de por sí es inconformista y busca la belleza y eso te hace ser muy
competitivo y exigente. Te anima la ilusión y la esperanza de llegar algún
día a ser reconocido. Creo que en el
fondo los poetas son ambiciosos y pretenden quedar en la historia y pasar a la
posteridad.
P.- No sólo de letras vive el hombre o la mujer. ¿Dónde
podemos encontrar a María Ángeles Lonardi en la red? ¿Le dedica mucho tiempo a
ella?
R.- En mi blog: letras-sobre-papel.blogspot.com.
es y en Facebook: María Ángeles Lonardi.
Le dedico el tiempo que creo necesario para
mantener contacto con posibles lectores, con
afectos, y demás. Socializar es fundamental en la vida. Somos sociables
por naturaleza.
P.- Aconséjanos una
película.
R.- El ciudadano ilustre 2016. Película
Argentina con Oscar Martínez como protagonista.
P.- Una obra de teatro.
R.- La casa de Bernarda Alba, de Federico
García Lorca. Volví a verla hace poco representada por una amiga y su grupo de
teatro.
P.- Una canción.
R.- Honrar la vida de Eladia Blázquez
(cantautora Argentina)
P.- ¿Un libro?
R.-El principito de Saint Exupery.
P.: No hemos querido hablar de nuevos proyectos, no es
el momento, ahora estamos con Poemas para leer a deshoras, que nos ha parecido
un excelente poemario. Pero, como hemos llegado al final, tú tienes la última
palabra.
R.- Proyectos hay muchos. Un par de antologías
en las que participo que salen este año y mi próximo poemario que verá la luz
en abril de año que viene Soles de
nostalgia, también con Letra Impar.
Muchas gracias por esta entrevista. Espero
que los lectores puedan conocerme un poco más a partir de ahora y para
terminar: ¡Ya no hay excusas! La poesía
se puede leer a todas horas, hay Poemas
para leer a deshoras también. Hasta la próxima.
Muchas gracias.
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