Magnitud imaginaria
Vacío perfecto
Impedimenta, 2008 Y 2010
De sobra es conocido el
calado intelectual y literario del escritor polaco Stanislaw Lem (1921-2006)
por sus novelas y relatos de ciencia ficción. No obstante, en estos dos
insólitos volúmenes se aleja de algún modo de la narrativa para regalarnos dos
textos inusuales, con forma de ensayo, pero que encierran humor, filosofía e
historias fascinantes. Estos dos libros, a pesar de sus disimilitudes, bien
merecen una reseña conjunta por pertenecer a la Biblioteca del Siglo XXI, junto
a Golem XIV y Provocación, una tetralogía en la que Lem volcó todo su ingenio,
conocimiento, ironía y erudición. Borges
ya tuvo la genial idea de imaginar libros sobre los que poder escribir, reseñar
apócrifos textos en lugar de dedicarse a escribirlos. Y eso es lo que Lem hace
en Vacío perfecto; en Magnitud imaginaria el recurso es
similar: prologar volúmenes inexistentes.
Vacío
perfecto analiza 16 libros imposibles. Los temas de estos son
meras excusas por medio de las cuales Stanislaw Lem habla de filosofía,
tecnología, cultura, ciencia ficción y otros asuntos. Se aprecia una intención
totalizadora, como si quisiera abarcar con su mirada y análisis la vastedad del
conocimiento humano desde una posición personal, provocadora e irónica. Inventa
libros que todo lo quieren encerrar, tan amplios que una vida humana no hubiese
tenido tiempo de escribirlos. Así, con el atajo de imaginarlos, se demuestra la
inabarcable imaginación de este autor. Por ejemplo, en Les Robinsonades, Lem propone una novela en la que un nuevo
Robinson crea su isla a su antojo, basándose en sus deseos hacedores con
resultados no del todo satisfactorios. Ecos de Solaris se divisan en esta fábula sobre los anhelos y la creación.
En Gigamesh su autor no pretende
otra cosa que imitar al Ulises de
Joyce, incluso superarlo e incluir todo en su novela. Una empresa que supera
las limitaciones que la lógica del arte
impone y que demuestra que el exceso de una obra puede derivar en parodia de sí
misma. Es evidente, en esta como en otras de las reseñas, la vena satírica de
Lem, quien pretende poner de manifiesto los defectos de algunas corrientes
estéticas, por ejemplo el NouveauRomanse ridiculiza en Nada o la consecuencia, apócrifa novela en la que su autor pretende
que nada ocurra. Otras reseñas tratan libros como Sexplosión en el que se prevén las consecuencias de un futuro en el
que el sexo dejará de existir; Perycalipsis,
es un libro en el que se premia a las personas que no se dedican a la ociosa
tarea de engendrar más obras de arte innecesarias. Con este último
planteamiento o con el de Do yourself a
book(Haz tu propio libro), -análisis de la historia de un invento en el que
se pretendía que cada lector confeccionase su propia producción literaria,
adulterando sin contemplaciones obras clásicas- se puede apreciar qué de
crítico, cínico, humorista pero lúcido e inabarcable genio hay en Lem. En Being Inc. se propone un mundo en el que
una oculta, gigantesca empresa lúdica organiza las vidas de sus clientes por medio
de un computador. Al final controla los designios de todos los humanos (como un
dios del azar) sin permitir un hecho aleatorio en sus existencias. En
definitiva, no hay límites en la literatura, pero menos trabas ocasiona la
confección imaginaria de unas literaturas inventadas que a través de sus
comentarios tenemos la sensación de haberlas conocido de primera mano.
Magnitud
imaginaria es un compendio de cinco prólogos sobre otras literaturas fantásticas,
futuristas, imposibles y disparatadas que disfrazan relatos de ciencia ficción mucho más narrativos que en Vacío perfecto. Se ocupa Lem en este catálogo
de imposturas, con su descabellada imaginación y falta de pudor, de diseñar una
vasta red de conocimientos y libros que, si no se han escrito es porque
sobrepasan las posibilidades de cualquier escritor normal ¡o humano!, como
veremos. El prólogo de Necrobiasnos
explica una pornografía a través de rayos X; en el prólogo a otro de los libros
asistimos atónitos a la historia de un científico que consigue que unas
bacterias desarrollen un lenguaje poético. Imprescindible es el proemio que
dedica a la Historia de la literatura
bítica, es decir, las letras que han creado las máquinas sin la
intervención directa de los humanos. Una creación que va más allá de nosotros
mismos. De hecho en el último de los prólogos,Extelopedia, se nos convence de la
ilógica y paradójica creación de una vasta enciclopedia que almacena los
saberes del futuro, es decir, venideros.
Estos dos libros son el
resumen de una biblioteca rigurosa, creíble pero improbable y descabelladamente
divertida. Y por eso mismo nos parece real, impactante, atrayente, fantástica,
apetecible. El lector dará crédito a las quimerasbibliófilas que Lem nos
muestra y acabarápor soñar y desear unos libros que quizá
algún día se escriban.
Pedro Pujante
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