—¿Inteligencia mejorada? Venga ya, si solo le he hecho
una pregunta y se ha colgado con el cable del ratón. A ver si la
siguiente es más eficaz resolviendo una simple pregunta. Protestó él,
mientras le traía una nueva sintética, mostrando su enfado con la tan
cacareada inteligencia mejorada.
Aquí tienes al último modelo; después de ella no tenemos más que mostrarte, recalcó el técnico.
Se
acercó y observó las facciones delicadas y perfectas, aquellos ojos
grises y su cabello caoba. Lo descolocado era casi idéntico a su antigua
colaboradora.
—¿Qué sentido tiene la vida? —le susurró al oído.
La
sintética se ruborizó levemente y lo miró con ternura. Sus ojos se
clavaron en los suyos y dijo: —El color de tus ojos da sentido a mi
vida.
Él quedó pensativo; aquello mismo le había susurrado su fallecida amiga.
—Buena
respuesta —refirió él, mirándola a los ojos de un verde intenso como
los de ella. —¡Me vale! —exclamó a los técnicos. —Te llamaré Elle —dijo,
saliendo seguido de ella.
La
sintética sonrió, y él sintió una mezcla de nostalgia y esperanza.
Mientras se alejaba con ella, pensó en las posibilidades de esta nueva
colaboración. Quizás, después de todo, la inteligencia mejorada no era
solo una promesa vacía, sino una oportunidad para encontrar consuelo y
nuevas respuestas en su vida.
M. D. Álvarez
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