Desirée Dorado
Soy un animal
Los años dedicados a la lectura de autoras y autores más cercanos me ha permitido conocer firmas que, seguro, de otra forma nunca hubiese leído. Desirée Dorado es uno de estos casos, de los últimos casos, y ha sido una suerte aparecer en el mundo de apoyo a la cultura en general que es Culturetas, la asociación, más o menos anárquica, que lidera ella.
Soy un animal es la primera obra que leo de ella, que se ha caracterizado por escribir narrativa, teatro, y una faceta que parece practica bastante, libros a cuatro manos, podríamos decir, con otros autores o autoras.
La autora ha querido reunir poemas de obras propias anteriores, para crear su primera antología personal, un reto valiente en una poeta que empieza el camino, y que aquí se nos presenta en una búsqueda introspectiva y en el que la autora pretende que el lector encuentre también ese viaje interior en busca, tal vez, de lo que toda persona busca y pocas encuentran.
Ya nos lo adelanta el autor del prólogo, Alberto Vicente Fernández, "versos atrevidos, intensos, osados; algunos tristes, otros risueños, te transportan a a un rincón diferente de tus pensamientos y emociones".
Ahora te toca a ti, lector, abrirlo y disfrutarlo.
Francisco Javier Illán Vivas
Como dos barcos a la deriva
que la tormenta deja
a voluntad del mar,
restos de vidas rotas
sin mástil ni timón
esperando naufragar.
Barlovento,
capricho del destino
que junta dos caminos
en una misma dirección.
Perdidos, sin ancla,
puerto, ni vela que izar,
vacíos de lastre del pasado
que por la borda
tiraron al mar.
Livianos de equipaje
pero llenos de aroma de mar,
arrastrados por la marea
a donde ella los quiera llevar.
Sin rumbo, pero de la mano.
Guillermo Molina
Ventana al alma
Amazon, 2023
He tenido la suerte de conocer a un buen número de poetas, hombres y mujeres, en diferentes eventos que estamos llevando a cabo, a través del movimiento Acción de Escritores Solidarios, y que van representando una nueva generación que busca abrirse camino en el difícil mundo de la poesía. ¡Tan difícil que ayer leí que una persona mató a otra por una discusión de si poesía o prosa! Esperemos no cunda el ejemplo y sea la palabra, o la escritura, la que venza en el debate, si es que tal es necesario.
Guillermo Molina, nacido en Blanca y residente en San Pedro del Pinatar, es un hombre que ha encontrado en la poesía la forma de expresar y dar salida "a los ríos de sentimientos que me ahogaban por dentro", pero también creo que ha sido una forma de superarse a sí mismo, de encontrar el valor de hablar, de recitar, en público, algo que muchas veces es muy difícil.
Ventana al alma es un viaje a lo más profundo del alma del autor: amor, vivencias, ilusiones, esperanzas, incluso sueños cumplidos o por cumplir, pero también de todo aquello que quedó en el camino (aunque es joven), sus anhelos, sus temores, los sentimientos que conforman una vida, la vida de cada día.
Guillermo Molina se declara, por tanto, "poeta por necesidad".
Francisco Javier Illán Vivas
Mis amigos no sabían de ti
pero mi hermano sí.
Y a veces siento que es la única parte de mí
que nunca me juzgaría.
Hablaba sobre ti con quien yo más
amaba en el mundo.
Quiero dejar de pensar que fuiste
alguien que me quiso de verdad.
Porque si así fuera, nunca
te habrías ido.
Quiero dejar de alimentar la idea de que
no debería extrañarte porque
no fuimos sinceros al final.
Quiero dejar de recordar con cariño
nuestra manera tan dolorosa de decir adiós.
Me debatía entre esperarte cinco meses
o no hacerlo nunca más.
Y elegí seguir con mi vida
sin esperar nada de ti.
No es por orgullo,
es que el alma se me caía en pedazos.
Ahora respiro.
Gracias por la herida.
Triste ciprés
La sombra del ciprés se balancea sobre mi espalda,
de un lado a otro, atravesando mi alma.
Son cuchillos lanzados al viento,
no te acerques, no vayas a ahogarte
en la penumbra que llevo dentro.
Ciprés, triste ciprés, que ha perdido su color esperanza,
alza su torso al cielo, pero nadie lo alcanza.
Triste ciprés, que en su soledad se enraíza,
orugas y silencio le trepan, le habitan,
y en sus entrañas se enredan, tejidas.
Negro, negro como los sentimientos del delirio,
camino sin hallar salida,
sin rumbo en este inmenso laberinto.
¿Soy yo el ciprés?
¿O solo soy quien le acompaña en su desierto,
quien absorbe su sombra y se deja enloquecer?
Triste ciprés, tan solemne, tan bello,
y nadie lo sabe ver.
La vida comienza y termina
bajo la sombra de este ciprés eterno,
testigo del tiempo, guardián del silencio,
Claudia Esperanza Albaladejo González, San Pedro del Pinatar, 2005. Un tranquilo rincón de Murcia donde aprendió a mirar el mundo con atención y
sensibilidad.
Desde muy pequeña convive con la artritis idiopática juvenil, una
enfermedad que marcó si vida. Esa experiencia le enseñó a vivir con lo
invisible: el dolor, el cansancio, la fortaleza silenciosa.
Esa misma profundidad se refleja en su forma de observar, de escribir y de estar con los demás.
Actualmente estudia Logopedia en la Universidad de Murcia, buscando dar voz a quienes la han perdido.
A los 17 años publicó su primer poemario, "Seremos mariposas en el infinito" donde ya mostraba su mundo interior.
En 2025 presenta su segundo libro, "Abrir un silencio".
Ama los libros, el mar, el café con hielo, el pintalabios rojo y los detalles que otros pasan por alto.
Escribe como quien recoge pedazos de vida para comprenderse y tender puentes hacia los demás.
Redes: Ig: @claudiiaa_ag, @ojostristeess @abrirunsilencio. Facebook: Claudia Albaladejo González.