El sueño del otro
Plaza & Janés, 2013
Si hubiese una imagen capaz de resumir la nueva novela de Juan Jacinto Muñoz sería «El sueño de la razón produce monstruos» de Goya. Al contemplar este grabado, apreciamos como este estado de inconsciencia posibilita que las fronteras entre ambos mundos, el real y el onírico, desaparezcan hasta volverse uno solo.
«El sueño del otro» nos obliga a plantearnos donde se encuentran sus límites y qué sucedería si no fuésemos capaces de distinguirlos. A primera vista podríamos creer que la novela nos va a narrar el conflicto entre un personaje y su alter ego onírico, pero no es así. Juan Jacinto Muñoz yuxtapone las historias de dos personajes antagónicos que, sin ninguna explicación, comienzan a soñar con la vida del otro. De este modo, sus respectivos mundos empiezan a desestabilizarse a medida que son incapaces de distinguir qué es sueño y qué es realidad.
El autor reflexiona sobre el conflicto de identidad que sufrimos en el actual contexto social a través de sus personajes. Los progresivos avances en las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y el auge de las redes sociales solo han servido para reforzar el aislamiento de las personas que las utilizan ante la incapacidad para relacionarse fuera del mundo online. Una dependencia que no se restringe a un nivel personal, sino que extiende su influencia a otros ámbitos, como el periodístico ante el mayor número de noticias que tienen su origen en un tweed o un blog.
De esta forma, Juan Jacinto Muñoz nos describe todas las dimensiones de este fenómeno. Xavier Arteaga representa la visión más personal y cercana, mientras que André Bodoc demuestra las consecuencias y los riesgos de esta práctica a nivel social. De hecho, resulta muy significativo que el primer paso de Xavier para encontrar a André sea buscar su nombre en Google.
A pesar del carácter reflexivo de «El sueño del otro», el autor no descuida la acción, sabiendo intercalar aquellos fragmentos en los que predominan la mente sobre el cuerpo, el pensamiento sobre la realización del acto y viceversa. Una novela bien equilibrada que no solo consigue entretener al lector, sino también hacerlo partícipe de la historia.
Por un lado, la desazón de algunas ideas expuestas nos persigue incluso después de haberlo terminado. Resulta imposible no detenerse y observar nuestro entorno con diferentes ojos ahora que la venda se ha caído para apreciarlo con todo sus matices. Por otro lado, la imposibilidad de resolver el enigma planteado. Los constantes giros narrativos nos impiden sostener cualquier teoría el tiempo suficiente para que se consolide en nuestra mente. Al igual que les ocurre a Xavier y André, todo lo que creíamos conocer va desmoronándose y jamás llegamos a tener una respuesta definitiva. Es más, el final no tiene una interpretación única, sino varias en función del lector y su mentalidad.
«El sueño del otro» nos sumerge en un estado de vigilia constante, donde se entremezclan dos mundos que deberían permanecer separados. A lo largo de sus páginas, Xavier y André se convierten en nuestros guías a través de una realidad cada más confusa y que progresivamente adquiere las líneas y las formas de lo onírico hasta desembocar en un desenlace capaz de desmoronar cualquier convicción previa. En definitiva, una novela psicológica compleja e inteligente, donde el sueño se acaba convirtiendo en pesadilla, pero sin la posibilidad de poder despertar para escapar de su influencia. Tendrás miedo de cerrar los ojos...
«El sueño del otro» nos obliga a plantearnos donde se encuentran sus límites y qué sucedería si no fuésemos capaces de distinguirlos. A primera vista podríamos creer que la novela nos va a narrar el conflicto entre un personaje y su alter ego onírico, pero no es así. Juan Jacinto Muñoz yuxtapone las historias de dos personajes antagónicos que, sin ninguna explicación, comienzan a soñar con la vida del otro. De este modo, sus respectivos mundos empiezan a desestabilizarse a medida que son incapaces de distinguir qué es sueño y qué es realidad.
El autor reflexiona sobre el conflicto de identidad que sufrimos en el actual contexto social a través de sus personajes. Los progresivos avances en las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y el auge de las redes sociales solo han servido para reforzar el aislamiento de las personas que las utilizan ante la incapacidad para relacionarse fuera del mundo online. Una dependencia que no se restringe a un nivel personal, sino que extiende su influencia a otros ámbitos, como el periodístico ante el mayor número de noticias que tienen su origen en un tweed o un blog.
De esta forma, Juan Jacinto Muñoz nos describe todas las dimensiones de este fenómeno. Xavier Arteaga representa la visión más personal y cercana, mientras que André Bodoc demuestra las consecuencias y los riesgos de esta práctica a nivel social. De hecho, resulta muy significativo que el primer paso de Xavier para encontrar a André sea buscar su nombre en Google.
A pesar del carácter reflexivo de «El sueño del otro», el autor no descuida la acción, sabiendo intercalar aquellos fragmentos en los que predominan la mente sobre el cuerpo, el pensamiento sobre la realización del acto y viceversa. Una novela bien equilibrada que no solo consigue entretener al lector, sino también hacerlo partícipe de la historia.
Por un lado, la desazón de algunas ideas expuestas nos persigue incluso después de haberlo terminado. Resulta imposible no detenerse y observar nuestro entorno con diferentes ojos ahora que la venda se ha caído para apreciarlo con todo sus matices. Por otro lado, la imposibilidad de resolver el enigma planteado. Los constantes giros narrativos nos impiden sostener cualquier teoría el tiempo suficiente para que se consolide en nuestra mente. Al igual que les ocurre a Xavier y André, todo lo que creíamos conocer va desmoronándose y jamás llegamos a tener una respuesta definitiva. Es más, el final no tiene una interpretación única, sino varias en función del lector y su mentalidad.
«El sueño del otro» nos sumerge en un estado de vigilia constante, donde se entremezclan dos mundos que deberían permanecer separados. A lo largo de sus páginas, Xavier y André se convierten en nuestros guías a través de una realidad cada más confusa y que progresivamente adquiere las líneas y las formas de lo onírico hasta desembocar en un desenlace capaz de desmoronar cualquier convicción previa. En definitiva, una novela psicológica compleja e inteligente, donde el sueño se acaba convirtiendo en pesadilla, pero sin la posibilidad de poder despertar para escapar de su influencia. Tendrás miedo de cerrar los ojos...
María del Carmen Horcas López
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