Antonio Marín Albalate
Enclave de barro
Huerga & Fierro Editores,
2011
Nada mejor para amenizar
los ratos de espera que tener a mano uno de esos libros de poesía de
poco volumen. Son, además, una buena opción en el interior del
bolso femenino, así como en un pequeño rincón de la mochila camino
del instituto o de la universidad; y también, cómo no, en la
mesilla de sobremesa, junto a otras lecturas.
Siempre están ahí,
tentándonos a abrirlos por cualquiera de sus páginas, e
induciéndonos, una vez abiertos, a releer aquellos versos que en su
momento más nos iluminaron, nos llamaron a la reflexión o nos
emocionaron por vernos quizá identificados en ellos.
Enclave de barro es
uno de esos libros y, de vez en cuando, asoma por el bolsillo
interior de mi propio bolso. En su poesía, Antonio Marín Albalate
no solo desnuda su alma, sino que parece comulgar con la del lector,
formando una especie de conexión entre ambas.
En una ocasión declaré
mi dificultad para opinar sobre poéticas ajenas, y por eso no es mi
intención extenderme más allá de lo que mi bagaje poético me
aconseja; sin embargo, tengo la absoluta certeza de que, cuando pongo
en mi voz el nombre de Antonio Marín Albalate, pongo el de la
poesía; si nombro lo bello, pienso en su prosa. Amplio es su
currículum como poeta, y amplia su dedicación a prologar y divulgar
a otros poetas. Mentiría si dijera que he leído toda su obra, pero
no cuando afirmo que lo que he leído de ella me ha dejado huella.
Enclave de barro fue mi última lectura del autor y, como en
anteriores ocasiones, los versos que en ella se dibujan me llevan a
sentir sus trazos. Con estos que transcribo a continuación da
comienzo la obra que hoy comento, pero también el inicio de la
desnudez del sentimiento propio y, a la vez, ajeno:
Del barro de hombre
que soy,
lágrimas lloro.
Mira, mujer, cómo lo
pongo
todo perdido; cómo
todo
se pierde llorando.
Mira esta soledad de
ropa vieja,
que muestra el miedo.
Lola Estal
Gracias, querida amiga, por tu comentario. Eres demasiado generosa conmigo, pero se agradece.
ResponderEliminarUn beso.