Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

martes, 29 de julio de 2025

El licántropo regius, de M.D. Álvarez

 


Su sombra sobrevolaba el campo de tréboles. Su velocidad felina lo impulsaba a una velocidad de vértigo, pero en aquella ocasión tenía que sobrepasar sus límites, ya que si llegaba tarde, estarían todos muertos y no podía permitir que ninguno de ellos muriera por llegar tarde. Entre los allí reunidos se encontraba la bella Angie, por la que sentía verdadera devoción.

Vislumbró al grupo rodeado de fieras aterradoras que lanzaban dentelladas al aire.

Con un portentoso salto, se introdujo en el cerco, dejando a las bestias sorprendidas momentáneamente. Sacó la bolsa con el kit de insulina y se lo inyectó a Angie, que abrió los ojos y lo vio sonreír.

—Ahora, vosotros —rugió furioso al grupo de fieras que no parecieron reconocer a un alfa cabreado.

Con un portentoso aullido, sintió cómo el animal que llevaba en su interior comenzaba a manifestarse. Sus huesos crujieron y su piel se tensó hasta resquebrajarse, saliendo un licántropo regius de color dorado. Las fieras se dieron cuenta tarde de que no tenían nada que hacer contra Marcus, que se lanzó en tromba contra las fieras. 

Su equipo asistió anonadado ante el salvajismo con el que se defendía contra las ondas de fieras. Entre gruñidos y alaridos, Marcus fue despedazando a todas las fieras que le hacían frente. 

Cuando tan solo quedaban un centenar, retrocedieron por puro terror. Marcus estaba rugiendo de forma brutal y miraba desafiante cuando, de pronto, sintió el cálido tacto de la nívea mano de Angie, que susurró:

—Ya está, mi vida, les ha quedado claro que aquí mandas tú.

Él se volvió y la miró con aquellos intensos ojos azules. Dijo con una voz profunda y gutural: —Siento haber tardado tanto.

M. D. Álvarez 

viernes, 25 de julio de 2025

Cómo hemos cambiado, de María Dolores Vicente Serrano (Reseña nº 1111)

 


María Dolores Vicente Serrano
Cómo hemos cambiado
Ayuntamiento de Molina de Segura, 2008

El presente libro de recuerdos lleva por subtítulo historias para el recuerdo Molina de Segura (1880-1980), que ya nos hace una idea de lo que la autora nos va a narrar y que el Ayuntamiento ha acertado al ir recogiendo estos recuerdos que se van perdiendo.

Ya hace años que se habló de ir entrevistando a los ancianos del lugar, para que dejaran sus memorias de nuestra localidad antes de que pasaran al otro plano de la existencia, y no sé si eso se desarrolló finalmente o quedó en nada, como cientos de cosas.

Pero estos recuerdos son bellísimos leerlos y conocerlos, que la autora nos hable desde la lejanía, no ya hoy, sino dentro de diez años, de cincuenta, de cien, y tengamos la memoria escrita de cómo fuimos y lo que somos.

Tuve la suerte de hacerme con un ejemplar en el Mercadillo solidario de Navidad que los voluntarios de Cáritas instalan desde hace doce años en el Paseo Rosales, y con el que vengo colaborando desde hace también unos cuanto años, y su lectura me ha dado muy buenos momentos.

Gracias a Loles por dejarnos sus recuerdos de cómo hemos cambiado.

Francisco Javier Illán Vivas 

martes, 22 de julio de 2025

Jungla de amor, de M.D. Álvarez


 

 

En aquella jungla plagada de bichos y con una humedad sofocante, que empapaba como si lloviera a mares, se guardaba un aterrador secreto. La criatura amada por la bella Selene vagaba aullando de pasión por su húmedo vergel, hasta que su amada se dignó a aparecer en el cielo para bañar su dorada piel con sus rayos de luz plateada, haciendo que sugiriera a su amado licántropo.

El hermoso hombre lobo aullaba de placer al ver descender a la bella Selene, que con níveos brazos lo abrazaba mientras besaba con dulzura su peludo y musculado torso.

La luz de Selene no solo iluminaba la oscuridad de la jungla, sino que también transformaba al licántropo, suavizando la ferocidad de sus ojos dorados y revelando la profunda ternura que guardaba para su amada. Sus aullidos, antes de anhelo y melancolía, se volvieron ahora susurros roncos de devoción.

Mientras los efluvios de la selva se hacían más intensos con la noche, ellos se entregaban a su ritual. Selene, etérea y luminosa, se fundía con la forma lobuna de su amante, sus cuerpos entrelazándose bajo el dosel espeso de las hojas. 

La piel plateada de ella contrastaba con el pelaje oscuro y espeso de él, una unión de lo celestial y lo salvaje. En ese abrazo, el secreto aterrador de la jungla parecía desvanecerse, reemplazado por la magia de su amor, un amor tan antiguo como la luna misma y tan primario como el latido del corazón de la bestia.

M. D. Álvarez

jueves, 17 de julio de 2025

La reliquia olvidada, de Alberto Vicente Fernández (Reseña nº 1110)

 


Alberto Vicente Fernández
La reliquia olvidada
Malbec Ediciones, 2023  

Últimamente me agradan las tramas que unen la fantasía propia de la novela (toda novela es fantástica, ya que nace de algo que no existe) y las cosas cotidianas y, en el caso que nos ocupa, historia, fantasía y realidad.

Y la realidad son las calles de Molina de Segura, para mi un acierto. Algún día podremos organizar la ruta de La reliquia olvidada. Pero hay también intriga, por supuesto, y una pizca de aventura, que el autor, al que tengo el placer de conocer y coincidir muchas veces con él, ha sabido mezclar para disfrute de los lectores.

Él es originario de Molina de Segura y, aunque trabaja en los cielos, preferentemente en los de San Javier y el Mar Menor, ha querido llevar a sus personajes por lugares que conoce bien, mientras nos presenta una sociedad secreta y la búsqueda de una reliquia olvidada, de ahí el título. Y todo ello aderezado, como os decía al principio, con fantasía, era la pieza que faltaba a la trama: hay que salvar a la humanidad (si es que merece la pena que sea salvada- esto es cosecha mía-) de un conflicto entre mundos. No hay que tener miedo a los demonios o diablos, sino a algo más poderoso y terrible, como en la obra de Tolkien, cuando Gandalf descubre que se ha liberado a un Balrog, para que os hagáis una idea, desconocidos lectores de estos Acantilados de papel.

Así que os invito a leerla. Esta novela es independiente de la anterior que Alberto publicó, El renacer de la bestia, pero el destino ha hecho que algo de relación tengan una con otra.

Francisco Javier Illán Vivas

 

martes, 15 de julio de 2025

Dolor profundo, de M.D. Álvarez


 

Dibujó un pequeño ataúd y se metió dentro; era el último gesto de inocencia que le quedaba después de haber visto las cosas más atroces de las que podía ser capaz la raza humana. 

Ella ya no estaba con él y, sin ella, la vida no valía la pena. No les permitiría verlo llorar. No se merecían el perdón y, mucho menos, el suyo.

Dentro de su pequeño ataúd cerró los ojos y se dejó llevar por el dulce amor de su añorada esposa que lo esperaba al otro lado, tras el arcoíris.

M. D. Álvarez 

martes, 8 de julio de 2025

Es la hora, de M.D. Álvarez


 

Dibujó un pequeño ataúd y se metió dentro. Aquello había sido un encargo curioso; el cliente le había dado unas pautas y, en cuanto lo dibujó, aquel pequeño ataúd se materializó con bolutas y grabados. La curiosidad de ese diablillo engañador lo azuzó. Una vez dentro, la tapa se cerró, sumiéndolo en una asfixiante oscuridad.

—¿Estás cómodo? —oyó una voz quebradiza.

Él, pálido, gritó y gritó, pero la voz dijo: —"Es tu hora, ahora no te quejes".

Comenzó a oír rasguños, quejidos y, de pronto, nada; ni un susurro. La tapa se abrió con un chirrido; se encontraba entre la tierra y el cielo, estaba en el purgatorio.

M. D. Álvarez 

viernes, 4 de julio de 2025

Dame un segundo..., de Antonio Bernal Torres (Reseña nº 1109)

 


Antonio Bernal Torres
Dame un segundo...
Murcia, 

El título ya lleva el mensaje explícito, estamos ante el segundo poemario, la segunda obra, del maestro en educación musical Antonio Bernal, con el que últimamente estoy teniendo la suerte de coincidir en múltiples eventos a lo largo de la geografía murciana.

En este segundo poemario, el primero llevó por título Recuerdos encontrados y recuerdos que serán..., son la vida, el mar y el amor, sea cual sea el orden en el que desees ordenarlos, los que nos piden un segundo, para disfrutarlos, para contemplarlos, para dejar a un lado el móvil y perderse en ellos, o encontrarse, que también puede ser el camino que nos lleve.

El autor se nos presenta en su aspecto más clásico de la poesía, con rimas y métrica en la mayoría de los poemas que contiene el libro.

Un poemario para darte, darnos, un segundo.

Francisco Javier Illán Vivas 

martes, 1 de julio de 2025

El ataúd barroco, de M.D: Álvarez

 


Dibujó un pequeño ataúd y se metió dentro. Sus trazos finos y austeros habían diseñado un ataúd de líneas barrocas con grabados, cruces y demás parafernalia ocultista. El interior era de un color rojo sangre; lo incomodó un poco, él lo hubiera preferido de satén blanco, pero el color daba lo mismo. 

Lo que no le dio igual fue que, al cabo de media hora, una preciosa y pálida jovencita vino a despertarlo, dándole un susto de muerte al mostrar sus colmillos, de los que colgaban sendas gotas de sangre.

"Tranquilo, a ti aún no te he mordido", dijo, ladeando delicadamente su cabeza.

M. D. Álvarez