Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

jueves, 25 de abril de 2024

El origen, de M.D. Álvarez


 

Desde su infancia, Héctor supo que era diferente. Los genes de sus padres, ambos excepcionalmente fuertes, ágiles e inteligentes, fluían por sus venas. Pero el tiempo con ellos fue breve; apenas tuvo oportunidad de disfrutar de su niñez.

En su último día, su madre le encomendó una misión: cuidar de la Tierra en caso de que no regresaran. A los ocho años, quedó al cuidado de un profesor que le enseñó a amar la vida. La naturaleza de su linaje era un enigma: su fuerza no tenía límites, su inteligencia trascendía lo concebible y su velocidad era inigualable.

 
Entrenó incansablemente hasta los dieciocho años y se dispuso a buscar a sus padres. El último lugar donde habían estado era inhóspito y oscuro. Allí, encontró una fortaleza inexpugnable de 500 metros de altura. Al trepar hábilmente hasta la cima, lo que vio lo horrorizó: la fortaleza yacía en ruinas, sus habitantes aniquilados.

Descendió y junto al portón, una placa revelaba la verdad: "Los habitantes de estos muros son culpables de destrucciones sistemáticas de planetas. Son sentenciados a morir por sus propias armas". Sus padres habían ejecutado la sentencia, fusionando sus energías en una reacción en cadena que arrasó la ciudad.

Héctor, mitad humano por parte de su madre, descubrió que su padre descendió de los cielos para proteger este precioso planeta azul. Así, nuestro héroe se convirtió en el guardián de la Tierra, luchando en las sombras para preservar la paz y la esperanza.

M D Alvarez

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