Pedro González Núñez
La torre de los nueve primogénitos
M.A.R. Editor, septiembre de 2022
Me llevé un buen número de gratas sorpresas durante la pasada Feria del Libro de Murcia, que tan magníficamente dirigió Jesús Boluda y, entre ellas, entre las más destacadas sin lugar a dudas, está la novela que os presento y comento esta semana, la obra más reciente de un inquieto autor lorquino de nacimiento, murciano por decisión: Pedro González Núñez.
Hace tantos años que ya casi no me acuerdo, comencé a participar en la Hispacón y conocer a los más destacados autores de novela fantástica, ya fuesen en los subgéneros de fantasía épica o de fantasía heroica, o en otros menos conocidos pero también que despertaban mi interés lector desde que me recuerdo.
En esos años fui conociendo personalmente a David Mateo, David Prieto Ruíz, Alex Guardiola, León Arsenal, Laura Gallego, Domingo Santos, Rafael Martín, Juan Miguel Aguilera, Javier Negrete, Eduardo Vaquerizo e, incluso, George R.R. Martin... sólo un pero, ¡qué pena que entonces los teléfonos inalámbricos o móviles no tuviesen cámaras fotográficas! Pero ahí quedan también esos viajes de encuentros organizados por Sedice, donde tantos y tan buenos autores coincidíamos.
El paso del tiempo fue alejando mi escritura de la fantasía, pero seguí leyéndola y hace relativamente un par de años conocí a un autor que debe estar ahí, en ese pedestal, entre ese elenco de autores. Me refiero a Pedro González.
Porque su literatura, su novela actual, reúne las características que todo amante de la novela fantástica desea: un mundo que no existe, pero que debería existir; una aventura interminable, pero que encuentra su final; un camino hacia el conocimiento del personaje, que puede ser el nuestro propio; y la eterna lucha del bien y del mal.
La torre de los nueve primogénitos lo tiene todo ello y, además, lo hace en un tarro pequeño, con lo cual, si breve, dos veces bueno. Ahí Pedro González se pone al nivel de los nombres que os he ido citando, porque nos conecta en esos mundos inexistentes con los primigenios cantos de gesta de Gilgamesh, o aspectos que nos recuerdan a aquel trovador que nos descubrió mundos maravillosos, genios poderosos, gigantescos hombres de un solo ojo, como fue Homero.
Sí, esta novela es pura diversión. Se trata de un universo fascinante y romántico, claro que sí, donde, aunque nadie sabe cómo acabar con la maldición de Bud'dhimäna y la maldita torre que apareció de la nada en los confines del reino, todos deben encontrar su secreto, aunque perezcan en el intento. Y da lo mismo que sea el poderoso hijo del rey, o su intrépida y respetada hija, da lo mismo el sexo: todos los primogénitos mueren en esa maldita torre.
No puedo hacer otra cosa que recomendaros que leáis la novela y, luego, si os parece bien, me deis las gracias.
Francisco Javier Illán Vivas
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