Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

sábado, 16 de enero de 2021

Las bondades de un asesino, de Sergio Martín (Reseña nº 942)


Sergio Martín

Las bondades de un asesino
Editorial Drácena, 2020

En poco tiempo he tenido la suerte, no buscada, pero que me ha encontrado, de leer dos libros de un un humor que quema: uno ha sido de cuentos (El taxista asesino) y el actual es una novela, que podría también ser una recopilación de cuentos del narrador.

Entiéndase cuentos en su definicion de origen, aunque ahora les guste llamarlo relatos. El editor lo califica como una "parodia ácida y sucia" y de un lenguaje "procaz y a menudo irreverente, cuando no irritante del todo", me parece tan oportuno que no quiero buscar otros adjetivos para definirla.

¡Pero cómo se disfruta cuando el autor o la autorate hablan como se habla, escriben sin complejos, sin autocensurarse, sin ser políticamente correctos!

Hace unas fechas le decía al autor de El taxista asesino que es un desafecto al régimen impuesto por la izquierda que tantos muros de censura está levantando en el mundo. Me gustaría conocer a Sergio Marín para hablar de este tema también con él.

La novela es la primera que publica, transcurre en una localidad inglesa, cualquiera alejada del bullicioso Londres, y el narrador nos cuenta a lo largo de veintiocho momentos, otros tantos asesinatos, pues ese es su trabajo, cazar para no ser cazado.

Hay dos momentos de esos veintiocho que me han parecido muy especiales: El circo gitano y No deberían haberme despertado a la niña. Pero también os recomiendo La ordeñadora.

Vais a disfrutar, si os gusta el picante literario.

Francisco Javier Illán Vivas

2 comentarios:

  1. Gracias por su generosa reseña. Me alegro de que le haya gustado. A su disposición quedo, don Francisco. Para hablar de esto y de cuanto usted plazca. Un saludo

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  2. Gracias por la recomendación. Ha sido también para mí un feliz descubrimiento. La he leído completa sin parar ni para ir al WC. Una vez que se empieza no se puede dejar. Recomiendo a futuros lectores vaciar la vejiga y llenar el estómago antes de meterse en este magistral espectáculo literario si no quieren pasarlo mal con tanta bondad derramada por pagina desde la primera línea hasta el final.

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