amenazante.
En sus aguas pintadas de angustia
hay sueños y deseos.
Suaves hemisferios, casi vacíos,
derraman leves hilos de luz blanca en una
boquita ávida de vida.
¿Cuántas ilusiones y esperanzas
caben en una patera de diez metros
de largo por tres de ancho?
Detrás: sufrimiento y melancolía.
Al frente: temor e incertidumbre.
Abajo: aquello donde la oscuridad
prevalece.
Y arriba, el velo que no
deja ver la noche.
Las gargantas, apisonadas cortan
su propia respiración, más un solo
sentimiento enjuga sus ansias.
La huida, la huida... La huida.
¿Podremos sostenerles la mirada?
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