El capitán se despidió de su comandante y se dirigió a
su alojamiento temporal. Mientras guardaba sus pertenencias, no podía
dejar de pensar en las ruinas y en las palabras del sargento. Algo en
aquellas esculturas aberrantes le había dejado una sensación
inquietante.
Esa noche,
mientras intentaba dormir, tuvo un sueño extraño. Se encontraba de nuevo
en la jungla, pero esta vez las ruinas estaban vivas, sus muros se
movían y las esculturas parecían observarlo. Despertó sobresaltado, con
el corazón latiendo a mil por hora.
A
la mañana siguiente, decidió investigar más sobre el lugar. Se dirigió a
la biblioteca militar y comenzó a buscar información sobre
civilizaciones antiguas en esa región. Encontró referencias vagas a una
cultura perdida, conocida por sus rituales oscuros y sus construcciones
monumentales.
Intrigado,
decidió contactar a un viejo amigo, un arqueólogo experto en
civilizaciones antiguas. Le envió un correo detallando lo que habían
encontrado y adjuntó algunas de las fotografías.
Días
después, recibió una respuesta. Su amigo estaba fascinado y preocupado a
la vez. Le explicó que las ruinas podrían pertenecer a una civilización
que había desaparecido misteriosamente, y que las esculturas podrían
ser representaciones de deidades o guardianes de algún secreto oscuro.
El
capitán sabía que debía regresar a las ruinas, pero esta vez con un
equipo más preparado. Solicitó permiso para una nueva expedición y
comenzó a planificar el viaje. Antes de partir, llamó a su pareja para
informarle de sus planes.
—Cariño, tengo que volver a la jungla. Hemos descubierto algo importante y necesito investigarlo más a fondo —le explicó.
—Ten cuidado, por favor. No quiero perderte —respondió ella, con preocupación en la voz.
—Lo prometo. Volveré sano y salvo. Te amo —dijo, antes de colgar.
Con
el equipo listo y el permiso concedido, el capitán y su nuevo grupo de
exploradores se adentraron de nuevo en la jungla, preparados para
desentrañar los misterios de las ruinas y enfrentarse a lo desconocido.
M. D. Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario