"TODOS LOS RUIDOS DEL MUNDO FORMAN UN GRAN SILENCIO
Todos los hombres del mundo forman un solo espectro"
Este vacío final en el que nos ahogaremos todos dicen
y anuncian estos versos, un vacío que sea un silencio, un silencio huérfano
y perdido y al que no prestamos atención podemps sentir
dentrás de todo. Con los ojos, con el corazón, con las manos.
En cada gesto y en cada beso, en cada abrazo y en estrechar de manos
se esconde en realidad ese silencio. Hacemos ver que no nos damos
mucha cuenta, pero en el fondo lo sabemos. El silencio será un vacío,
como la tierra y en él seremos iguales por fin, porque nos hará muertos.
UN SILENCIO CALLADO. UN SILENCIO VUELTO POR FIN
a sí mismo al final de la noche, en
ella encontrado. Encontrado a sí y por sí,
en la noche que empieza y cuanto dure
y también detrás de la historia de la noche,
el silencio vuelto en sí y por ello es un silencio
callado y también poblado, selvático, hondo,
infinito, sin término. La noche que empieza
sabe que el silencio es todo esto. Porque ella,
la noche, comoce su reino. Lo olvida a veces
el hombre, lo olvida quizá porque no le gusta
saber que él también es silencio. El hombre
es silencio, lo son sus palabras, las verdades
más hondas del corazón. En el silencio
el hombre es noche, lo es también
en su corazón adentro.
LA LUNA PRECIOSA, ALTA EN LA NOCHE
bellísima. La luna que empieza. Me señala mi madre
que la ha visto y me invita a contemplarla. Así lo
hacemos juntos,
desde el balcón. La luna alta allí en la noche, para
velar
nuestros sueños, para decir que la noches es también
luz y es
también espera. La noche, la luna. Los árboles
quietos, se mece
suavemente el aire. Un aire fino, fresco. El silencio
quieto,
el silencio callado. Los sueños que nos podemos
atrever a tener,
si sabemos que los vela la luna.
Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) publicó por primera vez como poeta en la Revista de Occidente en 1988, y su primer libro, Hospital de Inocentes (1989), mereció ya el reconocimiento de ilustres autores (Onetti, Sabato, Vilariño, Delibes, Cela, Martín Gaite, Valente, entre otros). Su vasta obra poética, traducida a un buen número de idiomas, ha obtenido una difusión, un reconocimiento y una trascendencia internacionales. En su fecunda trayectoria destacan los diez libros que ha publicado estos últimos años en la histórica Colección de poesía El Bardo: La poesía es un fondo de agua marina (2011), Los soles por las noches esparcidos (2013), Hasta el final camina el canto (2015), Sobre el cielo imposible (2016), La lucidez del alba desvelada (2017), La antigua luz de la poesía (2017), Poesía en Roma (2018), Nicaragua por dentro (2019), Vuelta a Roma (2020), De infinito amor (Cuaderno del encierro) (2021) y De infinito amor Vol II (Cuaderno del encierro) (2021).
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