María Zaragoza, Félix Díaz, Teresa Iturriaga Osa, Toñy Riquelme,
Francisco Legaz, Francisco Javier Illán Vivas, Margarita Wanceulen, Sara
Sánchez Rivas, David Acebes, Ana Zarzuelo, Enrique Pérez Balsa, Antonio
M. Morales, Klaus S. Neumann, Pedro Diego Gil López, Patricia Haro,
Aina Rotger, Pedro Amorós, Pedro Pujante y Miguel Ángel de Rus.
M.A.R. Editor, 2019
En un mundo que se dirige irremediablemente hacia la catástrofe mediambiental, tras arder más de medio planeta en los cuatro últimos meses; que se encamina hacia la aniquilación por nuevos virus salidos o no de laboratorios experimentales que buscan enriquecerse con la vacuna que los mismos han creado, un grupo de escritores, bajo la batuta de Pedro Pujante, decidieron (o decidimos, que también yo me atreví) a escribir, fabular, sobre lo maravilloso que será el futuro cuando el amor ya no pueda ser carnal, sino que la relación sea humano máquina, o androine máquina, o máquina con máquina, que nunca se sabe.
Diecinueve formas de ver lo que el futuro, en casi de existir, puede depararnos, pero de lo que sí podemos estar seguros es que está tan cercano que nos sorprendería que, como a Julio Verne, muchas de las cosas que escribió hoy podemos asegurar que únicamente fueron trazos, porque la realidad superó a los más locos profetas de la ciencia ficción.
Como entrada final, creo que procede reproducir las palabras del editor literario, Pedro Pujante, que nos situa en una obra irrepetrible, de la que aún nadie había publicado una parecida en España: “M.A.R. Editor me propuso preparar esta antología porque están muy
interesados en el tema de la vida artificial. Ya en la literatura
clásica lo trataron autores como Ovidio o Villiers, de quien la
editorial acaba de editar La Eva futura,
una obra magistral sobre el tema, y querían profundizar en el concepto.
Y en verdad es algo muy actual, porque millones de personas enamoradas,
en la distancia, de imágenes reproducidas en revistas, cuadros famosos,
fotogramas que emulan la figura de Irina Shayk o Rita Hayworth.
Pigmaliones de luz que la pantalla del televisor ha esculpido en la
soledad de nuestro salón. Enamorados de seres irreales. Ocurre a diario.
Amamos a seres artificiales con el rostro de bellezas imposibles. En el
cine Berlanga, en Tamaño natural, ya ensayó este subgénero de romance artificial, pero añadiendo sus dosis de humor, ironía y crítica social. En otra película, Lars and the real girl,
la soledad y el aislamiento impulsan a su excéntrico protagonista a
contraer una relación plastificada con una muñeca. Así pues, queríamos
afrontar desde la literatura nuevas formas de ver el sexo robótico,
incluso el amor y la procreación, porque quizá nos acerquemos a un
futuro en el que nos convirtamos en posthumanos. Cada autor muestra su
visión de este tema con un resultado divertido, ácido y creo que muy
interesante”.
Francisco Javier Illán Vias
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