Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

martes, 24 de diciembre de 2024

Mohenjo Daro (2 de 3), de M.D. Álvarez


 

Su rostro mostraba las huellas de los años de búsqueda y aventura, pero sus ojos brillaban con la misma intensidad de siempre.

"Sabía que te gustaría el pergamino," dijo con una sonrisa cansada pero sincera. "Hay mucho más que descubrir sobre la antigua civilización del valle del Indo. Este es solo el comienzo."

Ella lo abrazó con fuerza, sintiendo una mezcla de alivio y emoción. "¿Qué más has encontrado?" preguntó, ansiosa por saber más.

Él sacó de su mochila un pequeño cofre de madera, decorado con intrincados grabados. "Dentro de este cofre hay más pergaminos y artefactos que he encontrado en mis viajes. Cada uno de ellos cuenta una parte de la historia olvidada de Harappa y Mohenjo Daro."

Juntos, se sentaron en la mesa del salón y comenzaron a explorar el contenido del cofre. Cada pergamino revelaba secretos y leyendas que habían permanecido ocultos durante milenios. A medida que leían, se dieron cuenta de que estaban desentrañando una historia mucho más grande de lo que jamás habían imaginado..

Continuará 

M. D. Álvarez

sábado, 14 de diciembre de 2024

La conexión italiana, de Juan Fco. Díaz Navarro (Reseña nº 1092)



Juan Fco. Díaz Navarro
La conexión italiana
Malbec Ediciones, julio 2022

No se necesita centrar la acción de la trama en un país anglosajón para presentarnos una novela que nos haga disfrutar del relato policíaco, incluso no se precisa que los protagonistas tengan nombres ingleses para hacernos más difícil la lectura.

Juan Francisco lo hace en la localidad donde vive, Águilas, y, aunque los personajes motivo de los acontecimientos que sacudirán la tranquilidad en la que vive el cabo Labores, son originarios de Italia, serán dos policías locales, Sergio y Toño, los que deberán investigar los acontecimientos presentes y pasados de la muerte de un pizzero muy conocido en la ciudad costera,

Una trama sencilla, cercana, pero que te va llevando hacia el pasado, y hacia el presente, para comprender porqué Marcelo y Lorenzo están de visita en la ciudad, coincidiendo con la horrible muerte de Federico, el pizzero.

Y a partir de ahí, las ramificaciones y la sospecha de que la Mafia o la Cosa Nostra, o ambas, están detrás.

Tendrás que descubrirlo.

Francisco Javier Illán Vivas

martes, 10 de diciembre de 2024

El arrojo del quetzal, de M.D. Álvarez

 


Aquel quetzal era el más hermoso de todos; sus colores eran los más brillantes y coloridos. Su larga cola era la más llamativa y arrebatadora para las hembras, pero él solo se pavoneaba ante una muy especial; la cortejaba con mimo y soltura.  

Los mayas, viendo la devoción con la que aquel quetzal macho agasajaba a su hembra, lo tomaron por un dios al que llamaron Quetzalcóatl. 

El hermoso quetzal consiguió a su dulce amada e hizo honor a su nombre: Quetzalcóatl, serpiente de plumas hermosas. 

Al ver que una gran serpiente se dirigía hacia el nido donde su hembra incubaba su nidada, se lanzó en picado y agarró con sus garras a la gran serpiente, y en una rama se la comió. La hembra, al ver el valor de su macho, lo agasajó con mimos y arrumacos.

M. D. Álvarez

martes, 3 de diciembre de 2024

El potro, de M.D. Álvarez

 


Un majestuoso potro salvaje galopaba desaforado y desbocado, luciéndose ante las hembras, pero él solo pensaba en una en especial: una preciosa yegua de pelo rojizo. Ella se sentía atraída por aquel salvaje pero impetuoso semental. 

Este se debía enfrentar al líder de la manada; su pelea fue intensa. El potro se alzaba sobre sus patas traseras y coceaba con las delanteras, lanzando mordiscos al contrario. Este, al verse superado, se retiró huyendo, dejando al magnífico potro brincando con ligereza delante de la hembra que le gustaba. 

El potro, ahora victorioso, se acercó con cautela a la yegua de pelo rojizo. Sus ojos se encontraron y, por un momento, el mundo pareció detenerse. Ella relinchó suavemente, aceptando su presencia. El potro, con un aire de orgullo y ternura, rozó su hocico contra el de ella, sellando así su unión.

Juntos, galoparon hacia el horizonte, dejando atrás la manada. La yegua, sintiéndose segura y protegida, seguía al potro con confianza. A medida que avanzaban, encontraron un prado lleno de flores silvestres, donde decidieron descansar y disfrutar de su compañía.

El sol se ponía, pintando el cielo de tonos anaranjados y rosados. Bajo ese cielo, el potro y la yegua se prometieron estar juntos, enfrentando cualquier desafío que el futuro les deparara. Y así, en ese prado lleno de vida, comenzó su nueva aventura juntos.

M. D. Álvarez