Hogueras de la carne
La Lucerna, octubre 2017
Hogueras de la carne es la última entrega de la tetralogía que el autor mallorquín, Pedro Juan Gomila Martorell, ha titulado Eidolon.
Cuarto libro que he tenido el placer de leer, como los anteriores, y de comentaros en esta sección, y que son una "herida abierta que supura y no acaba de cicatrizar nunca", como la define el autor del prólogo, Ramón Bascuñana, a quien tuve el placer de conocer en Murcia y al que también leo desde hace unos años.
Una herida abierta que, a lo largo de estos libros, adquiere las dimensiones del Dorsal del Pacífico: Arcadia Desolada, En la tierra de Nod, La pasión según Dioniso y Hogueras de la carne. Todas ellas una única autobiografía, emociones como canto a lo sagrado y a lo profano, elegía, derrota y victoria, la experiencia del autor, pero también sus reflexiones, todo ello convierte cada libro, y emerge en el actual, en una obra "íntima y descarnada", que no tiene vuelta atrás.
No. Estamos en el final, y ya conocemos a los personajes, si acaso más de uno hubiese, que han luchado, manteniendo ese conflicto de identidad. Y, si he entendido bien al autor, creo que ya ha aceptado su destino y se ha encontrado con él, y ese encuentro es una afirmación poética, de la palabra.
La palabra era el principio y al principio, y la palabra se ha hecho carne para, en su brevedad existencial, volver a la nada y quedar, otra vez, la palabra.
Francisco Javier Illán Vivas
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