Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

miércoles, 3 de septiembre de 2025

El totem, de M.D. Álvarez

 


Le costó mucho darse cuenta de que el único tesoro que tenía que importarle lo tenía al lado. Ni todas las pesquisas ni todas las indagaciones le darían una respuesta tan aplastante como la que le habían dicho por activa y por pasiva sus amigos. que no hay mejor tesoro que el que tienes al lado. 

Ella era paciente; sabía que al cabo del tiempo se daría cuenta de que siempre estaba a su lado, tanto en las duras como en las maduras. Nunca lo dejaría, ni ante el peligro y mucho menos en tiempos de paz.

Mientras el lobo corría, ella no podía evitar sentir un ligero pellizco de celos. El lobo parecía ser el centro del universo de él, y aunque lo entendía, anhelaba ser la única que capturara su atención. Decidió que era momento de mostrarle que ella también podía ser parte de su mundo salvaje.

Con un salto ágil, se unió al juego, imitando los movimientos del lobo. Se lanzó al suelo y rodó, riendo mientras atrapaba la pelota antes que él. Su risa resonó en el aire y, por un momento, la conexión entre los tres se volvió palpable. Él la miró con sorpresa y admiración.

—No sabía que podías ser tan rápida —dijo, dejando entrever una chispa de interés en su mirada.

Ella sonrió, sintiendo que había logrado captar su atención. Era el primer paso para demostrarle que no solo era su compañera en las misiones, sino también en la aventura del día a día. Con cada ladrido y cada risa compartida, se acercaban más a ese vínculo que ambos deseaban explorar.

Continuará...

M. D. Álvarez

viernes, 29 de agosto de 2025

Vé-Vérsame, de Guillermo Molina (Reseña nº 1116)

 


Guillermo Molina
Vé-Vérsame (Versos de un poeta tartamudo)
2024

Un poemario que empieza ya en el título señalando la condición de su autor, y que lo primero que nos cuenta, ya en la página 3 que es tar-ta-mu-do, nos debe orientar sobre la dificultad, no de escribir, sino de recitar, de leer, de narrarnos sus poemas, sus escritos.

Pero yo he tenido la suerte de acompañar a Guillermo en varias presentaciones y recitales, y he conocido su voluntad férrea para superar cualquier problema, al igual que su poesía, que en este poemario lo encuentro más intimista, más personal, mostrándonos su mundo y cuanto le rodea.

Vé-Vérsame es un canto a la superación que difícilmente dejará indiferente al lector, pues él se nos presenta sin máscara, como él, e incluso como se define: poeta por necesidad.

Francisco Javier Illán Vivas 

martes, 26 de agosto de 2025

La promesa de Elle, de M.D. Álvarez

 


—¿Inteligencia mejorada? Venga ya, si solo le he hecho una pregunta y se ha colgado con el cable del ratón. A ver si la siguiente es más eficaz resolviendo una simple pregunta. Protestó él, mientras le traía una nueva sintética, mostrando su enfado con la tan cacareada inteligencia mejorada.

Aquí tienes al último modelo; después de ella no tenemos más que mostrarte, recalcó el técnico.

Se acercó y observó las facciones delicadas y perfectas, aquellos ojos grises y su cabello caoba. Lo descolocado era casi idéntico a su antigua colaboradora.

—¿Qué sentido tiene la vida? —le susurró al oído.

La sintética se ruborizó levemente y lo miró con ternura. Sus ojos se clavaron en los suyos y dijo: —El color de tus ojos da sentido a mi vida.

Él quedó pensativo; aquello mismo le había susurrado su fallecida amiga.

—Buena respuesta —refirió él, mirándola a los ojos de un verde intenso como los de ella. —¡Me vale! —exclamó a los técnicos. —Te llamaré Elle —dijo, saliendo seguido de ella.

La sintética sonrió, y él sintió una mezcla de nostalgia y esperanza. Mientras se alejaba con ella, pensó en las posibilidades de esta nueva colaboración. Quizás, después de todo, la inteligencia mejorada no era solo una promesa vacía, sino una oportunidad para encontrar consuelo y nuevas respuestas en su vida.

M. D. Álvarez 

sábado, 23 de agosto de 2025

La libertad de la poesía, de Santiago Montobbio (Reseña nº 1115)

 


 

Santiago Montobbio
La libertad de la poesía
Onix Editor, abril 2025

¡Cuánta poesía, cuánta libertad! Nos entrega Santiago Montobbio en cada nueva obra que saca al mercado y que tenemos la suerte de leer.

Sus obras son, además, monumentales. 722 páginas para conocer su producción poética entre el 19 de julio de 2021 y el 18 de octubre de 2022. Tremendo, ¿no?

Ya os he hablado anteriormente de otras obras suyas, creo que Santiago es el poeta al que más he leído últimamente y, casi sin lugar a dudas, al que más he comentado en esta sección de libros, en estos Acantilados no tan abruptos.

Aquí tenemos el poema, los poemas, en toda su libertad, plena, además, tomando conciencia de ellos mismos, como si lo supiesen, como si viviesen en sí mismos y conociesen el momento de salir a la luz pública.

La hispanista brasileña Esther Abreu cita tres aspectos de la obra: madre, libros y naturaleza; y yo, que he tenido la suerte de conocer a Santiago en persona y charlar con él sobre su obra y su vida, añadiría también libertad y gratitud. Libertad para dar a su poesía todo lo que ella le demande; gratitud por los dones que la vida nos da cada día que amanece.

He estado dos largas semanas disfrutando de esta obra y sé que vosotros, desconocidos lectores de estos Acantilados de papel, disfrutaréis si os acercáis a conocer o reconocer, a Santiago Montobbio.

Francisco Javier Illán Vivas 

martes, 19 de agosto de 2025

A tu regreso, te mató, de M.D. Álvarez


 

—¿Qué coño va a estar bien? Solo a vosotros se os ocurre decirle que he caído. Bufó rabioso al grupo de soldados rasos que habían comunicado su caída a su dulce amor sin antes comprobarlo.


—Ahora me toca a mí presentarme ante ella y, sabe Dios, que se lo tomará por la tremenda y tendré que ser yo quien la calme.

—Pero eso se te da muy bien, dijo Stuard riendo socarronamente y haciendo gestos obscenos que llevaron a la hilaridad del grupo de soldados.

Aquello lo puso furioso, pero Stuard tenía razón; él sabía cómo calmarla.

—Esta visto, que sois incorregibles, y no os parto la cara de milagro, siseó airado..

—Tú eres el más cabrón de todos, Stuard, créeme que no se me olvida que fuiste el primero en abrir la boca. Cuando volvamos al campamento, te voy a dar una paliza que no la olvidarás ni en mil años —gruñó, con una amenaza que solo la risa de los demás soldados conseguía aplacar.

Se puso en pie, sacudiéndose el polvo del pantalón, y se pasó una mano por el pelo, alborotado. Sabía que su furia no tenía mucho sentido, que la culpa era suya por haber desaparecido sin dejar rastro durante días, y que la preocupación de ella era más que justificada.

—¿Y ahora qué? —preguntó Stuard, esta vez más serio.

—Ahora, me toca a mí ir a verla y, con un poco de suerte, no me matará a mí antes de que pueda calmarla —respondió, con una sonrisa ladeada.

Sabía que lo que le esperaba no iba a ser fácil, pero la idea de volver a verla y de tenerla en sus brazos de nuevo, le hacía olvidar por completo la ira que había sentido hacia sus compañeros. La amaba y eso era lo único que importaba.

—¡Buena suerte, Sargento! —gritaron al unísono, a modo de despedida.

Él se giró y les dedicó un gesto obsceno, riéndose en el proceso. Sabía que, a pesar de sus bromas, eran una buena compañía y que los quería como a su propia familia. Y lo mismo podía decir de ella.

Emprendió la marcha hacia el campamento, dispuesto a enfrentar la situación con la valentía que lo caracterizaba. Sabía que, al final, todo iba a salir bien. O al menos, eso esperaba.

M. D. Álvarez