Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

miércoles, 31 de enero de 2018

XIX PREMIO "GLORIA FUERTES" DE POESÍA JOVEN

LA FUNDACIÓN GLORIA FUERTES CONVOCA EL
XIX PREMIO "GLORIA FUERTES" DE POESÍA JOVEN


BASES

Extensión de los originales: 500-700 versos
Idioma: Castellano
Restricciones: Para poetas y poetisas de edades comprendidas entre 16 y 25 años. Un sólo libro por concursante. Originales inéditos, no premiados anteriormente.
Autoría: Enviar firmado, incluyendo fotocopia del DNI y nota biográfica.
Número ejemplares a enviar: UNO
Fecha tope del envío: 31 de marzo de 2018
Premio: 1000 euros y la edición del libro en la Colección "Gloria Fuertes" de Ediciones Torremozas.
Envío: Fundación Gloria Fuertes. Apartado 19.186.   28080 Madrid. España
indicando "Para el Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven" 
.
No se devuelven los originales.

BASES COMPLETAS

  1. Podrán concurrir al mismo poetas y poetisas de cualquier nacionalidad, de edades comprendidas entre los 16 y los 25 años (cuya edad no sea inferior a 16 ni superior a 25 años el 31 de marzo de 2018), con libros escritos en lengua castellana no premiados anteriormente en ningún otro concurso.
     
  2. Los originales, con libertad de tema y forma, y con la advertencia de que no es un premio de poesía para niños, deberán ser inéditos en su totalidad y tener una extensión no inferior a 500 versos ni superior a 700.
     
  3. Se enviará un solo ejemplar, en folios impresos por una sola cara, debidamente numerados y encuadernados, cosidos o grapados.
     
  4. Los libros presentados deberán ir firmados por sus autores, con indicación de su domicilio y teléfono e e-mail, y acompañados de una breve nota biográfica y de una fotocopia del carnet de identidad como acreditación de la edad exigida en la base 1ª.
     
  5. El envío se hará a:
    Fundación Gloria Fuertes
    Apartado 19.186
    28080 Madrid
    indicando en el sobre: "Para el Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven".
    El plazo de admisión quedará cerrado el 31 de marzo de 2018.

     
  6. El premio "Gloria Fuertes" de Poesía Joven consistirá en una dotación de 1000 euros* y la edición del libro, publicado por Ediciones Torremozas en la Colección "Gloria Fuertes". Ediciones Torremozas se reserva los derechos de la primera edición (hasta 500 ejemplares). En caso de posteriores ediciones, estas serán objeto de contrato entre la editorial y su autor.
    *El premio en efectivo tendrá las retenciones fiscales correspondientes.
     
  7. El Jurado estará compuesto por especialistas en poesía cuyo nombre se dará a conocer en el momento de hacerse público el fallo, que será inapelable.
     
  8. La Fundación Gloria Fuertes no devolverá los originales no premiados, que serán destruidos tan pronto se haya producido el fallo.
     
  9. Los datos de los participantes podrán ser utilizados para envío de información de la Fundación Gloria Fuertes. Si no desea que sus datos personales se incorporen al fichero para recibir información, deberá indicarlo junto a los textos presentados al concurso o enviarnos un e-mail a fundacion@gloriafuertes.org
     
  10. La presentación al Premio "Gloria Fuertes" de Poesía Joven implica la total aceptación de sus bases, cuya interpretación, incluso la facultad de declararlo desierto, queda a libre juicio del Jurado.


Pueden también consultarlas en www.gloriafuertes.org  

lunes, 29 de enero de 2018

La profecía de Gaspar, de María Dolores Álvarez Cordeiro



El joven rey Gaspar procedía del Imperio kushán, en Asia. No se parecía en nada a sus compañeros de caravana. Era pelirrojo, de tez nívea y de ojos verdes. Se cuenta que pertenecía a la tribu de los tocarios.

Era de la gran estirpe de reyes sacerdotes y astrónomos que al igual que sus colegas veía el futuro en los astros.

Desde pequeño le fascinaban las estrellas. Al parecer un día su padre le sorprendió conversando con el firmamento y le preguntó:

Gaspar hijo ¿Por qué le preguntas a ellas lo que puedes saber por las vísceras de un pollo?

A lo que Gaspar, meditabundo y absorto en sus pensamientos, le respondió:

Padre, el futuro está ahí arriba y solo hay que observar y escuchar.

¿Y qué te dicen? –Quiso saber su padre.

Que algo maravilloso está a punto de ocurrir y yo lo veré con una coalición de reyes que también observan la bóveda celeste. Pero todavía no puedo decirte dónde ni cuándo.

Muchos años después, una enigmática estrella apareció por el este, de la nada, como si alguien o algo la hubiera puesto ahí para ser vista por unos pocos visionarios que la seguirían hasta donde les llevase. Allá arriba brillaba con gran fulgor, aquella misteriosa luminaria les llevó a través de desiertos, montañas, ríos y desfiladeros hasta que se detuvo sobre un humilde chamizo,  a las afueras de la aldea de Belén.

Por el horizonte se vislumbró avanzar la caravana de los reyes observadores que traían hermosos presentes para el Niño Dios. Los reyes astrónomos cayeron postrados ante aquel niño del que emanaba una fuerza y un poder maravilloso. De todos los presentes, el que fue recibido con la mayor alegría fue el incienso del rey Gaspar.

La congregación de reyes había profetizado que aquel niño sería el más grande portador del amor divino aunque Gaspar vislumbró algo más que no llegaría a comprender, hasta su debido tiempo.

Aquel querubín de ojos azules y de bracitos regordetes, miró a Gaspar. Este sintió una voz interior que le dijo:

«Bendito tú que ves mi destino»

Gaspar cayó de rodillas, adoró y lloró por aquel que un día daría la vida por todos.

Según cuentan las leyendas el rey Gaspar volvió a su capital en Mathura, siguiendo la vida de Jesús, hasta que murió en la cruz y resucitó, cumpliéndose la profecía que tantos años atrás le llevó hasta su lugar de nacimiento.

Dedicó gran parte de su fortuna a construir escuelas, albergues para los pobres, comedores para los oprimidos y centros de justicia. El resto de sus bienes los entregó  a los más afligidos.

Y antes de acabar sus días, pudo vislumbrar de nuevo el lucero errante que les guio hasta el lugar más maravilloso y humilde de todos cuantos ha habido en el mundo.

Has venido a guiarme de nuevo vieja amiga. Este será mi último viaje, ¿verdad? ¡Ea pues! Llévame hasta el lugar donde debo reposar mis viejos huesos.

Gaspar viajó atravesando las cordilleras del Karakórum, vadeando el Indus, el Erymandrus, el Tigris y el Eufrates hasta la ciudad de Lagash, atravesó por el desierto de Arabia, descansó en el oasis de Taima y continuó hasta su destino tras el serpenteante desfiladero de Al Siq, la ciudad sagrada de los nabateos, Kazneh. Para los que aún no conozcan la ubicación de dicha ciudad, les diré que posteriormente se la conoció con el nombre de Petra.

Según cuentan los historiadores, Kazneh fue fundada por los nabateos que procedían de  la tribu de Nebavot, el mayor de los doce hijos de Ismael y Agar.

Durante todo el camino, con todo aquel que quisiera conversar, Gaspar dio fiel testimonio de toda la vida y milagros del Nazareno.

Antes de expirar, Gaspar tenía que cumplir un mandato más.

El astro brillante le habló en estos términos:

Escribe mi buen Gaspar lo que te voy a relatar:



«Estos son los designios del Señor:

Llegará un día en el que todas las razas pelearán entre sí para conseguir el dominio de este mundo. Habrá plagas, terremotos, inundaciones, sequías y grandes desastres naturales.

En la edad del tercer milenio, cuando no haya más espacio en el infierno, los muertos saldrán de sus tumbas.

Así dijo el Señor tu dios:

Enviaré a un emisario que gobierne sobre todas las naciones con vara de hierro. Y transcurridos diez mil años, mandaré a mi hijo Bienamado para que apaciente a mi rebaño libre de iniquidad. Su gobierno estará libre de hambre y guerras, solo los justos y dóciles heredarán la tierra. Y su reino no tendrá fin 

El que tenga oídos que oiga y el que tenga ojos que vea».

»Escribe cuanto te he contado para que quede constancia de las palabras y hechos que acaecerán al final de los tiempos, por obra y gracia del Altísimo.

»Esta profecía será ocultada en el Tesoro de Kazneh hasta que llegue el día de su última revelación.

»Allí descansará el sueño de los justos hasta el final de los tiempos, cuando sea reclamado para dar testimonio de la divinidad de aquel al que honró y adoró.

No existen testimonios de si Gaspar murió allí mismo o aún vivió más años, pero se cuenta que ese mismo cuerpo resplandeciente que lo guio, quedó suspendido sobre el supuesto túmulo de Gaspar para así guiar a todos los peregrinos que anhelasen la sabiduría y conocimiento de los reyes que en peregrinación fueron en pos de una profecía que los catapultaría a un mundo mejor.

Y, tal y como llegó, desapareció mucho tiempo después sin dejar huella. Quién sabe. Puede que algún día vuelva a iluminar el camino a soñadores que conversen con los astros para conocer el futuro del hombre. Porque ya lo dijo el Rey Gaspar:

«La verdad está ahí arriba y solo los más dóciles y humildes pueden oírla y verla».

Aunque también existe una leyenda que dice que tanto él como sus correligionarias majestades siguen viajando y llevando la alegría una vez al año a todos los hogares donde reina la paz y la armonía.

Cada uno es libre de pensar lo que quiera y quedarse con la versión que prefiera. Yo opto por el  primer relato. En el que las estrellas y el cosmos nos hablan de cosas maravillosas que acaecerán en el devenir de los tiempos.

viernes, 26 de enero de 2018

Aires del sur (primera tanda), de Jesús Cánovas Martínez (Reseña nº 828)

Jesús Cánovas Martínez
Aires del sur (primera tanda)
Murcia, abril 2017

Que Jesús Cánovas tiene un fino sentido del humor cuando escribe, los habituales lectores de esta sección lo saben, pues ya hemos hablado de sus obra poética y narrativa en otras reseñas. Que, además, la gudeza de sus sarcasmos le da un toque que dejaría a Sheldon Cooper totalmente fuera de juego, tampoco es nada nuevo.

Y en este libro de relatos que nos ocupa, el primero de la serie -de ahí el subtítulo-, pone de manifiesto sus dotes para reirse de todo y deleitarnos con su pluma de literatura de alto porcentaje en el sentido de la calidad. Personajes muchas veces monstruosos, como podemos leer en la contraportada, pero que en lugares como el sudeste de España podemos encontrarnos.

Confundirá al lector desde el primer relato, Hostal La cabra, donde el lector nunca sabrá si estamos hablando de seres humanos o de animales, y seguirá con la confusión hasta el final. Este lector no puede desvelar el secreto. Y, confieso, no por que lo sepa, sino porque aún no sé si los personajes son humanos o animales.

Aunque, para que el lector no se sienta totalmente confundido, da algunas pistas sobre los personajes, con nombres que no llaman a la confusión, como Nepomuceno Picajeras, como Lobezno (que es un apodo bastante apropiado, supongo), o como la Grulí Mochuelar, ella, abandonada ante el altar, siguió el consejo histórico de "mata al rey y vete a Murcia"; o Miguel Evacuaculos El Mierda

Ejemplos de lo que el lector va a encontrar en los doce relatos que contiene este libro y que nos harán sonreír, o reír, más de una vez.

Una vez cerrada la primera tanda, espero llegar pronto a la segunda.

No me defraudará, no os defraudará.

Francisco Javier Illán Vivas

jueves, 25 de enero de 2018

Selección poética de Ulises Varsovia



Un hombre vaga
Un hombre vaga entre la niebla
de una mañana de invierno,
apenas puesto en movimiento
el rodar de febrero.

Buscará las huellas de alguno
que impresas en el viento,
de alguna mañana arrollada
en los pliegues del tiempo.

A quien quiera, vagaroso ser,
que busquen tus ojos ciegos
en la escritura de la niebla,
no hallarás el sendero.

Que sus pasos se extraviaron
en algún día de invierno,
y su destino final
no lo sabe ni el viento.


Desde cero

Cualquier día del remolino
de los meses vertiginosos,
soltar todas las amarras,
incendiar todas las naves,
cortar todos los puentes,
bloquear todos los caminos,
borrar todas las imágenes,
y volver a empezar de cero.

Olvidar que estuvimos, que fuimos,
que pasamos por aquel sendero,
que dormimos con ella en un puerto
en algún lugar de los mares,
que atravesamos la noche
tenebrosa de una cruel infancia,
y volver a empezar de cero.

Cualquier día quemar los cuadernos,
quemar las letras de la ira,
quemar el talismán, la cruz,
quemar las ropas usadas,
las maletas del largo viaje,
y volver a empezar de cero.

Salir desde alguna mañana
cantando por las nuevas sendas,
libres de toda culpa,
livianos de toda carga,
vacíos de todo reproche,
renacidos desde las cenizas,
y volver a empezar de cero.

Algún día levantarnos
y haber olvidado todo,
haber cortado las amarras,
volver a empezar desde cero,
y ya nunca más mirar atrás.


Canta, bardo

Inédito el alegre bardo
por los caminos vírgenes,
de una vida recién emergida                                                                        
desde las tibias cenizas.

Canta a la tarde inmolándose
sobre el horizonte en llamas,
canta a los ágiles arroyos
fluyendo hacia los frescos valles,
canta al labriego en el barbecho,
canta al albañil y su argamasa.

Canta al águila precipitada
como un rayo sobre su presa,
canta a la aurora elevándose
desde las tinieblas de la noche,
canta al pan, al vino, a los cereales,
al músculo del recio portuario.

Canta, bardo, a los marineros
en la gran tormenta oceánica,
canta al rugido del león,
canta a la lluvia ramificando
su linfa ancestral por los campos,
canta al trigo y su virtud vital,
canta al arriero por los montes.

Canta, inédito rapsoda,
con tu lira recién salida
de la metalurgia de los vientos,
canta a la vida aún soberana
sobre las dolencias del planeta,
canta, canta al nuevo amanecer.


No me abandones

No me abandones, poesía,
ahora que he salido de mi tumba,
y comienzo a dar los nuevos pasos
hacia un destino todavía en brumas,

sostén sobre tu recio andamio
ésta, mi vida rescatada
desde una hoguera ardiendo sin tregua
en una profundísima hondonada,

no me abandones, poesía,
ahora que mis pies resolutos,
ahora que mis retoños despiertan
y echan a andar por el ancho mundo.


Pertenecientes a su libro Cartas del ausente