sábado, 15 de junio de 2013

La experiencia dramática, de Sergio Chejfec

Sergio Chejfec
La experiencia dramática
Editorial Candaya, 2013

Félix y Rose acuden a su encuentro semanal. A través de sus conversaciones, de sus dilatados silencios y de las percepciones que tienen la una del otro, el lector irá hilvanando el mapa mental y emocional que rige sus existencias. Porque si bien se nos cuenta que hay tales citas, que tienen lugar en determinados bares u ocurren en largos paseos por la ciudad, la trama se verá sepultada por la fluencia de ideas, recuerdos y reflexiones de la pareja o del propio narrador omnisciente. Es por lo tanto esta novela una historia densa en la que la acción es lo de menos. Su autor ha reducido al mínimo la expresión argumental para regalarnos un magnífico episodio de intrincados vericuetos mentales y sensoriales.

Sergio Chejfec (Buenos Aires, 1956), autor con una extensa y reconocida carrera literaria, apuesta por un estilo depurado y dicción perfecta para trazar una atmósfera artificial, teatral en el que sus personajes se mueven, respiran y divagan en imprecisiones de una profundidad aparentemente banal pero que, a medida que la narración se consuma, descubrimos que son la esencia misma de la novela. Los pensamientos y diálogos que van entramando esta Experiencia dramática son una especie de guión arbitrario que sus personajes, los actores teatrales que Chejfec enfrenta al público-lector, improvisan a cada página, a cada paseo por la borrosa ciudad. Es por lo tanto este libro, como ya anuncia su título, una metáfora extendida en la que el mundo y sus habitantes se presentan como un gran teatro con sus actores. El propio Chejfec afirmó en una entrevista: ‘Siempre me ha gustado concebir mis novelas como relatos de representaciones escénicas’. Son por lo tanto Rose y Félix conscientes de su precariedad existencial; deambulan por la ciudad/escenario, pronunciando sus diálogos ficticios y comprobando la imposibilidad de una comunicación real. ‘…cada conversación se desarrollaba como una escena misteriosa donde el diálogo era la forma de un rumor…’ En su pose actoral son de algún modo felices y asumen sus precarias y adulteradas vidas como la gran escena en la que representar su ‘experiencia dramática’, buscando esa intensidad que los justifique de algún modo. Una suerte de certificación de que nada es totalmente cierto a pesar de ser ellos mismos parte de ese todo vivencial pero irracional que los diluye: ‘Todo el mundo asume de un modo u otro algún papel. Él mismo (Félix) se considera una representación de sí mismo.’

Con una mirada distinta, original y moderna Sergio Chejfec nos regala esta impresionante novela en la que sus dos protagonistas pasean por el escenario íntimo de sus propios dramas cotidianos. Paseantes, no como Walser, sino más bien como ese otro viajero más insólito que fue Chatwin o como alguno de los personajes distorsionados de Gombrowicz. 
 
Una historia en la que la trama se desvanece, se evapora en pos de un cúmulo de impresiones, pensamientos y reflexiones detalladas del mundo interior de sus personajes en un ambiente cotidiano bañado por la luz de lo insólito. Una experiencia literaria inolvidable y que se puede inscribir en el catálogo de joyas literarias de mayor intensidad y sobrada calidad en nuestras letras contemporáneas.

Pedro Pujante

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