César Ibáñez París
Invierno o luz
La Sierpe y el Laúd, 2013
"Todo lo humano, lo divino y lo diabólico caben en un poema", nos dice César Ibáñez en la introducción de su breve poemario, ganador del XVII premio de poesía Aurelio Guirao, y que el Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd ha publicado en su colección Acanto.
Trece poemas donde el autor nos escribe lo que cree debe escribir, la poesía que le corresponde, la suya, la que está convencido que nadie más que él podría llevar a cabo.
Me acerco al río para no ver ni la otra orilla.
La calma se hace signo de posibilidad.
La calma se hace signo de posibilidad.
El camino del agua se desliza en mi oído,
nada más. ¿Conocer?
La niebla ha hecho nacer el silencio.
Con dos ilustraciones de Begoña Gómez Barrera, que abren y cierran, como jambas que mantienen el dintel de esta obra, Ibáñez París mira el paisaje invernal tratando de sacarte "punta a lo mirado", intentando darle el ritmo "de los pasos, la cadencia de piernas y pies avanzando al compás de la respiración", algo que no es fácil y el texto termina en la papelera de reciclaje; pero otras veces sí, y entonces lo encontramos en las páginas de papel color hueso de esta bella colección de libros que es Acanto.
Y las farolas siembran luz de melocotón
algunas tardes limpias y tranquilas.
Al final, el poeta siente haber cumplido y se siente satisfecho, o "al menos ha quedado tranquilo", y nos recuerda que ahora la pelota- los poemas, el poemario- está en nuestro tejado.
Descansa oculta dentro de los seres que aman,
y al despuntara la autora de ellos va brotando
como aliento y ocupa las cauces del mirar
y al fin remonta el vuelo
la claridad, cuando la luz renace.
Francisco Javier Illán Vivas
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