domingo, 12 de mayo de 2013

El caso del mago ruso, de José María Fernández-Luna

José María Fernández-Luna
El caso del mago ruso
Ediciones B, febrero 2013

José María Fernández-Luna ya hace mucho tiempo que se convenció de que su futuro estaba en la escritura y, según me contaba hace unas fechas, dedica casi todas las tardes a este oficio que nadie elige, sino que es él el que un día te señala y ya es prácticamente imposible abandonarlo.

En esta nueva entrega de su producción creativa hay un paso más en esa dirección: aparece con su nombre y apellido; paso que, por cierto, hace también unos años que dio otro escritor profesional, David Mateo, dejando atrás el seudónimo ¿anglosajón? de Tobbias Grumm. En el caso que nos ocupa, el de Patrick Ericson, nombre que el autor nacido en Alhama de Murcia comparte con ese luchador sueco de músculos hiperinflados.

Fernández-Luna ha tenido siempre, al menos desde que yo le leo, la visión de escribir sobre lo que se lee, y ya lo demostró cuando escribió sobre las ondas electromagnéticas, sobre los supuestos secretos inconfesables del Vaticano o de la Catedral más cercana y, más reciente, sobre las brujas nacidas de la ignorancia y los odios en Zugarramurdi.

Ahora se nos reafirma como autor con una novela negra en "El caso del mago ruso", que llevará al policía afincado en Madrid, Ramón Fernández-Luna, a trasladarse a Barcelona para investigar la fantástica evasión o, si es el caso, desaparición del prestidigitador conocido como Gran Kaspar, de la cárcel Modelo.

Con esos elementos, y sin olvidar la investigación que ocupa a su personaje en Madrid, tras la pista del famoso ladrón de guante blanco apodado El Fantasma, Ramón Fernández-Luna se involucrará de lleno en un caso que va ramificándose hasta extremos inesperados en la Barcelona de principios de siglo pasado, con raíces en Estados Unidos, Cuba, Rusia, Alemania... pero también entre la burguesía catalana, los movimientos revolucionarios y anarquistas y los bajos fondos, para conducirnos a una conclusión que sorprenderá por su sencillez, al menos el motivo de la fuga de la prisión, a más de un avezado lector.

Literatura de entretenimiento, para disfrutar en estas largas tardes que se nos abren cada día, o en las próximas de estío, y donde también nos encontraremos, en esos detalles costumbristas de la época con los que José María adorna la trama, con reflexiones para que hoy, en 2013, tengamos la casta política que sufrimos.

Francisco Javier Illán Vivas

No hay comentarios:

Publicar un comentario