lunes, 25 de marzo de 2013

Roble amigo

Roble amigo.
Caricia de tus hojas
sagradas
entre mis manos;
tersura de tu piel
rugosa
y delicada me desviste
la inocencia arcana
en la espesura de mi alma
herida.
Resbala el musgo
por tu frente
como por la mía,
tupido
en verde suave
frente a un abismo,
o la huella
y el símbolo desvanecido
que me asola
ante la tumba espesa
de mis muertos.

Olor suave
ante el rocío
levanta la mañana,
azul álgido,
nubes y ríos
de silencio en la dicha
de contemplar las cosas.
Las pobres palabras
de mi vida entroncan
el silencio
en verde que pregunta…
¿Qué prometes?
Inocencia la llama
en mi fatiga a golpes
del corazón cansado
busca tu presencia
tropezándose,
lágrimas de un rostro
al fondo
del silencio en atisbo
de ocasos
o dolor.

Tañe una campana
ante los perros
lejanos
y grises que me impulsan
ciegamente lejos
de mi tierra y de mi hogar…

Lento paso del día
asume el instante,
como un umbral
despierto ante el paisaje
que se ofrece
y se oculta
junto a ti.


Jesús Cánovas Martínez
De su poemario Kyrie Eleison

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